Ángeles Lozano

Buceando Santiago de Compostela

4ª RUTA

BUCEANDO SANTIAGO DE COMPOSTELA

Primera parte

Fue bucear en capas y capas de historias de peregrinos. Las gentes gallegas han ido cincelando su carácter desde la hospitalidad y la caridad. Gentes sencillas que me tienen ganada por su capacidad de acogimiento, por su bagaje internacional. Todo el mundo, sin importar religión, origen, edad o sexo es aceptado en su ciudad con total normalidad. Lo vienen haciendo durante siglos.

Viernes 12 de abril de 2019. Al pisar esa tarde su casco histórico, nos perdimos en sus antiguas calles y callejuelas reconociendo poco a poco algunos de los lugares que 8 o nueve años atrás habíamos visitado. Como era nuestro primer día, íbamos errantes, sin ningún mapa de turista, dejando fluir nuestros pasos en las losetas de granito brillante, iridiscente. Yo me había levantado con una palabra en el pensamiento, AZABACHE, que luego se convirtió en otra, ANILLO.

Y para mi sorpresa, llegando a una calle que bajaba en cuesta empecé a ver escaparates con orfebrería en plata y azabache, mi delirio, pues ya sabéis mi pasión por la gemoterapia. Zigzagueaba de tienda en tienda, de los escaparates de la izquierda a los escaparates de la derecha, ensimismada en sus tesoros, saboreando hasta el último de ellos. Y en ese momento, una vez vistos todos, al levantar la mirada con sonrisa dibujada, ME PARÉ.

No me había dado cuenta que habíamos llegado a la parte de atrás de la Catedral. No podía dar mis primeros pasos para continuar bajando por la calle, allí algo de peso ocurría. Una electricidad me recorría el cuerpo, ME AVISABA. Mis pelos de punta. Avisé a mi marido que nos parásemos un momento, iba a sacar MI PÉNDULO. Él, que es mi cómplice y mi reportero, dejó que yo empezara a prospectar, tenía que entender qué estaba pasando, pues ya nos acercábamos a la Plaza del Obradoiro, veíamos las torres de la catedral a nuestra izquierda.

Prospecté cuatro lugares siguiendo las señales que sentía según bajábamos hacia el arco: la zona donde se acababa la última tienda a mano izquierda de la azabachería, las escaleras con los pináculos de la entrada NORTE de la Catedral, la desembocadura del arco que da entrada a la Plaza del Obradoiro y el centro de la propia Plaza del Obradoiro. Guardé mi péndulo y continuamos la visita modo relax, no quería saturar a mi pareja. “Mañana será el día, pensé.” Y nos fuimos a disfrutar de su gastronomía y a descansar del largo viaje.

Sábado 13 de abril de 2019

Al día siguiente, con palomitas en el estómago, me preparaba para la gran visita. No iba a visitar la ciudad como un turista al uso, ni tampoco como un peregrino: iba a resentirla, en especial la zona de la catedral. Guardé una hoja impresa de mi referente, mi formador Epifanio Alcañiz. En la maleta venía información suya que había impreso la noche anterior a ultimísima hora, donde venían los resultados de sus prospecciones y un pequeño mapa con las venas de agua de la Catedral. Él había localizado en especial una zona que se llamaba la Capilla de la Corticela. Ahí quería ir. El resto no lo había leído para no influenciarme.

Y una vez llegados de nuevo a la ciudad, buscamos en primer lugar la oficina de información para que nos dijeran qué horarios tenía la Catedral para oir misa, poder oir el órgano, ver moverse el botafumeiro,..si algo de ésto podíamos presenciar. Lamentablemente la catedral está en obras por dentro , lo que fue para nosotros una pequeña decepción. No podíamos oir misa,…a excepción de una pequeña capilla, la de Corticela, que se estaba oficiando en esos momentos. Había empezado a las 11h.

Dentro de la decepción,…qué alegría me dió ¡¡¡  Era el lugar que más me interesaba radiestésicamente hablando. Saqué por primera vez el pequeño plano de Epifanio y le pedí como experta en el plano catedralicio que me situara dónde estaba exactamente la capilla en su plano grande turístico. Nos íbamos a ir en directo para allá.

Con mapa en mano, nos enfilamos por esa misma calle, Rúa do Vilar, hacia la Catedral, que estaba muy cerca. Y casi llegando, fui atraída hacia un pequeño escaparate, en el número 29. No era mi intención ir de compras precisamente en ese momento, pero como un imán me quedé pegada al escaparate y sin pensar, de mi boca salió lo que le dije a mi marido: ” Espera un momento, voy a pasar”. Acababa de ver un anillo, EL ANILLO.

Al pasar a la tienda me desconcerté al principio, no había nadie. Era una joyería, y que no hubiera nadie custodiándola era un poco extraño, no ? Tenía que estar muy cerca. Y en ese momento se abrió la puerta y su dueña, sonriéndome, entró a atenderme.

” Quisiera probarme este anillo” creo que le dije. Ya no recuerdo exactamente la conversación,…se empezaba a crear un ambiente mágico. El anillo entró como un guante, se succionó en el dedo, y como entró algo más que justo, no podía sacarlo. Su dueña me ofreció una bandeja de preciosos anillos para que pudiera probarme otros, a cual más bonitos, tentadores,…y por supuesto quise probármelos por si tenía que descartarle. Pero mi dedo empezó a ponerse rojo, estaba demasiado ajustado y tuvimos que recurrir a un poco de crema para poder sacarlo. Al principio, ni con la crema salía, imposible. Pero con paciencia conseguí poder meter la crema por dentro del anillo y extraerlo con suavidad. De momento quedó apartado.

Perdí la cuenta de cuántos más me probé, quizá más de 20, pero con ninguno terminaba de decidirme.  Mi pareja entró en la tienda y ésto nos dio pie a una pequeña conversación. Hablamos de la canción del oscar de Lady Gaga y Bradley Cooper que sonaba en ese momento en la radio y que nos encantaba a los tres y poco a poco la magia iba creciendo. Definitivamente me llevaba el anillo inicial, aunque tuviera que llevarlo a mi joyero para que le hiciera más grande. Y pagamos el anillo y lo guardé con su bonito envoltorio en mi mochila.

Aparecieron pequeñas confidencias telegráficas, que se hilaban, hasta que la dueña, I. , nos dijo que ella atendía habitualmente a misa en…LA CAPILLA DE LA CORTICELA. Y que siempre-siempre se sentaba en el banco al lado de una de las columnas de granito, donde veía el rosetón…estaba encima.

NOTÉ QUE ELLA ERA LA MENSAJERA, Y QUE AQUELLAS PALABRAS ERAN LA CLAVE. NOS ENSEÑAMOS LOS BRAZOS, LAS DOS CON LOS PELOS DE PUNTA…Y UNAS GANAS DE LLORAR TREMENDAS. NOS ESTÁBAMOS CONTENIENDO…

De mi bolso saqué el pequeño plano de Epifanio y simplemente le dije: ” Mira dónde están las venas de agua. ¿Es ahí donde cae la columna donde te sientas?” No sé si sabré describiros su cara, su gesto. Le llevó unos segundos situarse,…hasta que su cara mostró una certeza. No daba crédito. Todo coincidía,…Y entonces nos tuvimos que despedir, la Catedral nos esperaba. Ella salió del mostrador, y nos fundimos en un abrazo. Un abrazo de unas desconocidas que se acababan de convertir en hermanas. El aire que nos rodeaba era magia pura, nuestros ojos llenos de lágrimas: era un REENCUENTRO. Su misión, la entrega de esta información para ser contada, se acababa de cumplir. Mi pareja y también nuestro testigo, polo-tierra, percibía que aquello era todo menos ” normal”. Allí la dejamos totalmente descolocada, pero con nuestras tarjetas intercambiadas, para poder seguir manteniendo un contacto. Como siempre hago, esta historia está autorizada por ella y compartida,  pues es una  protagonista fundamental.

VISITA A LA CATEDRAL 12:00 h

http://www.radiestesiaysalud.com/catedral_de_santiago.htm

A pesar de tener estas dos referencias, Epifanio e I. la dueña de la joyería ( anteriormente una tienda de minerales ), yo iba a ser fiel a mí misma disfrutando y dejándome RESENTIR, “…que MI CUERPO SEA MI BARÓMETRO”, pienso siempre. Una vez vaya escribiendo el capítulo, contrastaré mi prospección con la prospección de mi instructor Epifanio, para ver si existen coincidencias. Yo no dejo de ser una aprendiz de radiestesia.

Y en unos minutos, estábamos en una plaza con una fuente con caballos, puerta SUR o de Platerías.

Me fui hacia la fuente, iba a ser la primera medición:  13.500 UB en el Biómetro. Según iba subiendo las escaleras, ya más que las unidades en RADIESTESIA, me interesaba detectar el vórtice. Estaba lleno de turistas, podéis ver el asombro y la extrañeza de alguno de ellos en las fotos, pero el péndulo comenzaba a adquirir fuerza y a ponerse casi vertical en su giro…

En este momento es provisionalmente la entrada oficial a la catedral, por lo que esperamos la cola y nos adentramos en su interior. Mis ojos ya empezaron a parpadear,…me pierdo muchos detalles, una lástima. Pero o vibro en 3D o en 4D y realmente, prefiero lo segundo.

Aunque pueda parecer lo contrario, el entrar a un lugar SACRO me merece el máximo de los respetos. Pido permiso al lugar y sus custodios. Procuro hacer discretamente mis mediciones de manera instantánea y estando escondida a poder ser: los fieles pueden entender estas prácticas, el uso de una cámara, de un ordenador, de un péndulo,…como si fueran de una actitud irrespetuosa, incluso blasfema. He podido llegar a sentir ésto especialmente en el fervor de la Basílica del Pilar en Zaragoza y he aprendido a practicarlo discretamente entre guías, oficiantes y visitantes. El dañar con mis prácticas no lo contemplo. Los datos obtenidos, simplemente refuerzan la sacralidad de los lugares desde otra perspectiva.

Una vez dentro de la catedral, lo primero que hice fue esconderme tras la puerta abierta. En el triángulo entre la puerta, la pila bautismal de la derecha y mi cuerpo hice la segunda medición: 13.500UB.  Las pilas bautismales son importantes. También los púlpitos: el de la izquierda, también 13.500UB. Seguíamos a la gente, o eso me parecía,…y lo siguiente que recuerdo es una fuerza muy grande que me tiraba hacia la derecha, a unas escaleras que iban a un subterráneo o cripta.

Luego supe que era el SEPULCRO. Simplemente nos dejamos llevar y bajamos las escaleras y esperamos nuestro turno. Había un reclinatorio frente a un cristal que protegía un arca de plata. Y allí me incliné para disimular. El parpadeo era total y de rodillas ya no supe dónde estaba: ni espacio ni tiempo sentía. Ese sitio es ADIMENSIONAL. Quizá me acabo de inventar la palabra, pero es lo mismo que sentí en los bancos de la parte trasera de la ermita de San Benito de Orante: no hay espacio ni tiempo. ¿Será eso un portal ? Cuando pude recuperarme un poco y estuvo despejado por un momento de visitantes, saqué mi péndulo e intenté medir la calidad biótica del lugar, pero no marcaba. Sólo giraba. No pude conseguir una medición; creo recordar que el giro era dextrógiro. Me encontraba rarísima y ésto iba a más. Mis ojos estaban sobrecargados, pero siguiendo la marea humana vimos que aguardaban una fila: era la subida para ABRAZAR AL SANTO. Lugar de devoción, punto álgido. Decidimos esperar nuestro turno y hacer lo propio. Mientras esperábamos, estábamos frente a la foto que os muestro, quizá algún día sepa el significado de esta puerta, nos llamó la atención.

 

Y llegó el momento de subir esas escaleras. Empezaba a elevarme, física y sutilmente, no sabía muy bien dónde estaba ni lo que había alrededor. Seguía a mi marido, él sabe rescatarme de lo que me pueda suceder. Nunca sé.

Y oí que algo ocurría, un pequeño revuelo. Se oía a una señora mayor que venía del otro lado. Esperamos con cariño a que ella solventara lo que le había ocurrido. Y entre mi parpadeo intenso, ví en una fracción de segundo que mi pareja había terminado y era mi turno. Llevaba sujeto en mi mano derecha el nuevo anillo de azabache, junto al anillo atlante. Y en la izquierda, mi anillo de labradorita azul. Y me acerqué…

SENTÍA UN METAL. Al poner mis brazos en sus hombros para rodearle en una posición cóncava, cabeza inclinada, saqué mi pecho como si alguien me hubiera golpeado desde atrás y mi corazón se quedó pegado a esa capa metálica. Debe tener cuarzos, piedras preciosas. Luego buscaré la información detallada, pero ahora prefiero escribir auténticamente, sin influencias. Iba sintiendo la información grabada en estos materiales, RESINTIENDO emociones, sentimientos, deseos,…capas y capas de información. Miles. Es muy dificil transmitirte lector la sensación con palabras,…creo que no existe la palabra que lo englobe,…es UN REGISTRO, UN REGISTRO HUMANO DEL PODER DEL CORAZÓN.

Éstas son las palabras de Epifanio Alcañiz: ” Cabe señalar que el peregrino que abraza la imagen de Santiago, para realizar sus peticiones lo hace desde el Octógono Radiante generado por el vórtice de 24500 UB.”

No me dilaté mucho, creo. Aunque pierdo la noción. Me imagino que un sensitivo/a pierde la noción bajo la influencia de un Octógono radiante con 24.500 UB,…no es cualquiera cosa. Quien me viera bajar vería a una mujer aturdida, totalmente conectada.

Con este estado y carga energética pude, poco a poco, irme recuperando a medida que llegábamos al siguiente objetivo de la visita: la Capilla de la Corticela.

El Altar Mayor y la Capilla de la Corticela están a escasos metros. En radiestesia, son dos vórtices energéticos muy cercanos, de la misma intensidad, lo que provoca que esta conjunción genere UN LUGAR DE PODER.

La misa había acabado, los feligreses iban despejando la capilla y todavía quedaba allí el que voy a llamar Capellán, aunque no sé bien cuál es su título. Estaba limpiando y ordenando las piezas utilizadas para el culto, atendiendo los saludos y despedidas de sus feligreses y cuando eran sus últimos instantes en la sala me acerqué para hacerle una pregunta y tener la información de primera mano.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Con cortesía me la respondió: cuál era el significado de ese rosetón, para una persona que no entendía de arte.

Me dijo que era un rosetón románico, el primer románico. Era la antigua iglesia de los monjes benedictinos del siglo XII. Anterior a la Catedral. Y que su anterior puerta, situada a la izquierda tal como miras al altar y al rosetón, fue cerrada para que una nueva puerta, la actual, hiciera la conexión entre los dos espacios.

Mi intuición me hizo sentarme a la derecha del pasillo, en la columna de granito que os muestro. Encorsetada en el tercer banco  y parcialmente escondida tras ella, hice la medición: 24.500 UB. Leo que coincidente con Epifanio. Pero no sé si coincidente con el punto rojo localizado en su mapa.

Decidimos tomar las últimas fotos, del altar y el Apóstol en obras y salimos al aire fresco: UNA SORPRESA NOS ESTABA ESPERANDO.

Una vez en el exterior, tomamos un pequeño atajo rodeando una pequeña callejuela en curva y aterrizamos en la zona de la azabachería. Dando el último giro y situando la perspectiva mi marido le localizó: “mira dónde tienes el rosetón”, me dijo.

ALLI ESTABA ¡¡¡¡ AQUÍ ME PARÉ AYER LA PRIMERA VEZ ¡¡¡

Allí desemboca el último tramo urbano de los caminos Francés, Primitivo, del Norte e Inglés. Es por lo tanto, la primera cara de la catedral que veían los peregrinos. Puerta del Paraíso, Puerta del NORTE, también llamada. Ante ella estaba la Fons Mirabilis, actualmente trasladada al claustro, donde se sorprendía a los peregrinos con su canalización de agua y les daba oportunidad para el aseo antes de entrar a la catedral. Radiestésicamente hablando, la presencia de AGUA, VENAS DE AGUA, aumenta el voltaje del lugar. Los antiguos geomantes ya poseían este conocimiento.

Alrededor se vendían conchas, botas de vino, zapatos, bolsas de piel, y toda suerte de hierbas medicinales.

Puerta de la Inmaculada al NORTE. Me acerqué al ventanuco de la Iglesia originaria. El material utilizado parece selenita, puedes apreciar las capas. Cabía la posibilidad de que fuera alabastro, son los dos materiales que se utilizaban en los primeros siglos. En el biómetro seguía marcándose 24.500UB. Cuando me desplacé hacia la entrada norte, en las escaleras entre los pináculos, ya había bajado a 19.500 UB. Y más abajo, dentro del arco, sólo marcaba 13.500UB. Muy cerca se alzaban las casas de cambio de moneda y el Hospital de Peregrinos.

Pero sentía la curiosidad…

El día anterior, en la desembocadura de este arco a la Plaza SUR del Obradoiro, el péndulo se había disparado a la máxima medición: 33.000 UBTambién en el centro de la plaza. Quería comprobar por segunda vez si estábamos en la misma marca. Y así fue: 33.000 UB de nuevo. Y entonces guardé mi péndulo, se me cerraron los ojos y UN SENTIMIENTO ME INVADIÓ:

ÉXTASIS

Rompí a llorar. Me refugié en el hombro de mi marido. Él comprende. Conecté con el lugar: era JÚBILO y ÉXTASIS. Generaciones y generaciones, peregrino tras peregrino. Hombres y mujeres, que a pesar de llegar agotados al lugar, doloridos, hambrientos, sucios,…culminaban en esta simbólica desembocadura SU VIAJE INICIÁTICO, CAMBIADOS, ELEVANDO SU ESTADO. Y ésto se impregnaba en el granito, en el cuarzo de sus muros, de sus losetas, en el aire que respiraban en la dimensión sutil. Llevándome la mano al pecho, RESENTÍ PROFUNDAMENTE.

Llegar a conectar con este mundo sutil, con esta dimensión, es maravilloso. Refuerzo mi teoría de que soy una privilegiada.

Gracias, gracias, gracias.

Azabache: belleza ornamental y virtudes mágicas.

El Camino y la Devoción Jacobea son la primera causa del arraigo de la artesanía desarrollada en Santiago de Compostela con la talla del azabache.

De origen orgánico, es una roca ígnea que se ha formado a partir de restos de madera, árboles enterrados y sometidos a altas presiones que fueron sumergidos  en agua quedando estancados hace millones de años, Era del Cretáceo. Los peregrinos encontraban trozos por el camino y sabían que frotándolos se puede inducir carga eléctrica, como le pasa también al ámbar. Además, el ser una “piedra brillante” que podía arder, le confirió desde la antigüedad propiedades mágicas,  ya desde tiempos de Plinio y Aristóteles con un tratamiento de piedra especial. También los Árabes le dieron fama y valor como amuleto. Posiblemente estos dos fenómenos le fueron dando un carácter mágico y de protección , y en Galicia, Asturias y León se desarrolló la artesanía del azabache, en combinación con la plata. Sus escasos yacimientos y la excelente calidad Asturiana hicieron el resto. Prohibida su venta en alguna época, su comercialización quedó restringida a esta ciudad, donde eran bendecidas las piezas. Se desarrolló un gremio de artesanos que lo trabajaban con maestría.

Considerada Piedra semipreciosa de color negro, es en realidad un fósil, un lignito, un carbón fosilizado que  queda ligado históricamente  con el camino por los peregrinos como AMULETO PROTECTOR. Tallada en forma de FIGA, se creía que protegía del mal de ojo y de las envidias en general. Tradicionalmente se ha tallado también en forma de vieira, puño cerrado o la cruz de Santiago.

Tanto el azabache como el granito son los dos minerales que identifican Compostela.

Segunda parte

El vecino Monasterio de San Martín Pinario y la Iglesia de Santa María Salomé.

Si Santiago de Compostela es considerado un ICONO TELÚRICO, y mirando mi mapa veo toda una zona punteada con puntos rojos en la Catedral, no sería de extrañar que en la vecindad hubiera unos cuantos más por marcar. Por tanto, miremos alrededor.

La Catedral puede eclipsar otros monumentos de alto alcance. Es el caso del vecino Monasterio de San Martín Pinario, una joya en todo su esplendor. Ellos le llaman el Monasterio de San Martiño.

Parpadeo al cruzar el umbral de acceso al edificio, por lo que mi barómetro percibe un cambio de vibración. Era un sitio muy expuesto y no hice ninguna medición. Una vez pagada la entrada, mientras esperábamos a la hora de la visita guiada, en un gran acceso entremuros que nos lleva a la iglesia  hice mi primera medición: 8.000UB.

Siempre fue un Monasterio masculino, fundado en origen por monjes benedictinos. Los orígenes de la Comunidad Benedictina datan a finales del S. IX.

Es el segundo Monasterio más grande de España en tamaño de toda España; el primero es el Monasterio del Escorial. Luego telúricamente puedo apostar, incluso envidar, que la prospección puede ser muy interesante. El problema es que la zona a visitar está muy acotada. Hago esta apuesta porque según Epifanio Alcañiz, mi instructor, el Monasterio de El Escorial es uno de LOS LUGARES DE PODER más amplios que hasta el momento ha detectado. Y su trayectoria y experiencia es larga. Y Santiago de Compostela, aunque a menor nivel, es relevante también.

San Martin Pinario es uno de los edificios histórico-artísticos más importantes, desarrollado entre los siglos IX y XIX, cuyo legado cultural se concreta  en un espectacular conjunto de arquitectura, retablística, escultura, pintura, orfebrería y tejidos litúrgicos.

El emplazamiento de esos primeros 10 u 11 monjes iniciales ha sido siempre el mismo, la misma iglesia, primero de estilo románico y posteriormente de los que fueron llegando con las distintas épocas, como la renacentista, barroca y neoclásica. Con mucha discreción para no perturbar a nuestro estupendo guía, testé con mi péndulo el altar y los púlpitos: 13.500 UB.

Por su ubicación, me interesaba también una de las 6 capillas, la de la monja benedictina Santa Gertrudis, con un retablo sorprendente cuya explicación se la reservo a los guías oficiales. El biómetro arrojaba 13.500 UB en ambos lados y el claustro procesional que hay a su espalda, una preciosidad arquitectónica que visitamos, marcaba en su centro ( en la fuente que marco con una x ) 19.500 UB.

 Pero de toda la visita me quedo con las sensaciones que tuve cuando visitamos el retablo del Altar Mayor, obra de Fernando de Casas y Novoa, artista compostelano, que es también el artífice de la fachada principal de la Catedral.

Este Altar hueco tiene la particularidad de dar visión al espacio que queda tras él  y que sorprendentemente son los órganos y  la magnífica sillería original del CORO, que atípicamente no se encuentra frente al altar.

Es bastante difícil prospectar en una visita guiada de pocos miembros, pero tuve suerte y pude comprobar y medir por dos veces el lugar donde parpadeaba y RESENTÍA: 19.500 UB  justo en el paso del Altar Mayor al Coro. Lo marco con un punto rojo.

Por un momento quise imaginarme las vibraciones simultáneas del sonido envolvente de los órganos,  de esas voces privilegiadas y de la emanación telúrica de ese vórtice en ese pequeño espacio, sentada en uno de los 149 casetones de madera de nogal de la sillería: SERÍA COMO TOCAR EL CIELO.

Una vez acabada la visita, volvíamos a las calles y a sus gentes. Casi pasamos de largo una pequeña joya que se nos ofrecía sin pudor, pero que gracias a la parada de un grupo turístico y su contemplación, entendimos que la explicación de su guía valía la pena escuchar. No entendíamos el idioma, luego por no abrir los oídos, abrimos los ojos.

Se trataba de la Iglesia de Santa María Salomé, la única iglesia en España dedicada a la madre del Apóstol Santiago. Es un templo medieval del siglo XII, con una Virgen de Leche suspendida en la Portada. Una marca desgastada con los años que suponemos pueda ser para poner la mano a la llegada y una losa rugosa inclinada, que también suponemos, pero no aseguramos, pudiera tener un uso práctico para limpiarse el barro. Pero al no ser entendidos en arte, igual estas suposiciones no tienen ningún fundamento. La medición que me daba es de 9.500 UB, punto de meditación.

Nuestra visita agotaba sus horas y guardábamos el péndulo contentos y agradecidos de haber VIVIDO LA EXPERIENCIA, refugiándonos en la magia de las costumbres, la gastronomía y el calor de sus gentes.

TIXOLA dos nosos TIRABEQUES y PIZZETA nas brasa con QUEIXO e herbiñas da nosa HORTA

SANGRÍA ECO do FOGAR

QUEIMADA RITUAL do TAVERNA FOGAR DE GALICIA, FOGAR do SANTISO

 

Algún día recorreremos la ruta junt@s, creando potencial y resintiendo con el corazón.

Tercera parte

Jueves 31 de marzo de 2022. Tres años después volvíamos, justo en el especial y único año Xacobeo que tiene dos cifras 2021-2022.

*Carballiño. Distando 87 km y ya cercanos a Santiago, en nuestra ruta haríamos una parada en Carballiño, famosa por su feria del pulpo, pero también por una construcción atemporal, que aun teniendo prácticamente mi edad parece concebida y edificada en tiempos remotos y no contemporáneos. Rezuma conocimiento antiguo, geometrías, y como pude comprobar, una elección intencionada del lugar con sus vórtices correspondientes para un lugar sacro.

La Iglesia de la Veracruz inició su construcción en 1963, y bajo el lucernario, donde encontramos la tumba del padre constructor Vahamonde, mi péndulo me marca no espacio- no tiempo, imposible conseguir que me diera una medida en U.B.

La visita fue breve y empezaba a lloviznar cuando volvimos al coche. Ya no había tiempo que perder; Santiago nos esperaba.

*Santiago de Compostela. La ciudad nos recibía con la misma hospitalidad de siempre, y nosotros nos sentíamos sus invitados de nuevo.  Bajamos como venimos haciendo a nuestra llegada por Azabachería, una rúa que me atrapa, y pasamos por el arco conocido de todos que es la entrada a la Plaza de Obradoiro, fin de trayecto iniciático para los peregrinos. Y sin esperarlo, rompí a llorar de nuevo, contagiada del júbilo y del éxtasis grabados en su granito.

Nos apetecía un café caliente y optamos por ir al Parador de los Reyes Católicos, que se encuentra en la misma plaza y que es una construcción arquitectónica con mucho arraigo.  Al tener acceso a la fuente  del claustro de la botica pude medirla, localizando en su centro un vórtice de  13.500 UB. Allí se atendió a muchos peregrinos en tiempos antiguos.

Aproveché y al salir de la cafetería hice dos mediciones en exteriores: una cercana a Obradoiro que me marca como zona de meditación, y otra en su parte más alejada, donde mis huesos me dicen que la energía baja su frecuencia. Allí no me siento bien y cuando mido  sólo obtengo 6.000 UB. Estoy al lado de la Iglesia de San Fructuoso, que en orígenes fue hospital de peregrinos y que hoy en día tiene al lado los baños generales y un puesto de policía. Allí se sitúan las imágenes de las cuatro virtudes cardinales, Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza, por lo que es conocida popularmente como la Iglesia de las 4 sotas. En mis indagaciones he descubierto que nace como capilla de un cementerio, pudiéndose localizar en su muro sur la escalofriante imagen de una calavera, que reza:

“Ut video vidi. Sicut me videtis videtis. “
“Como te ves, yo me vi. Como me ves, tú también te verás”.

Está claro que nuestros huesos no nos mienten,…

Esa misma tarde quise aprovechar a resentir la plaza de Obradoiro desde atrás, contemplando prácticamente toda la plaza y la típica e imponente fachada sur…mi péndulo se detenía en el biómetro en los 21.000 UB. Por su parte central seguí avanzando hacia la fachada y su reja,  y algo anómalo ocurrió: a 9 zancadas de la verja principal el péndulo empezaba a girar en levógiro e inmediatamente después empezaba a girar en dextrógiro. Volví a comprobarlo y el resultado era el mismo. No lo había visto nunca, desconozco qué significa y cuáles son las razones de un cambio tan drástico y tan contradictorio.

El día acababa y el cansancio del viaje empezaba a dejar huella, por lo que volvimos al hotel y nos abandonamos al sueño…Y entrando en sueño, llegó la orden: “MEDALLÓN”.

Viernes 1 de abril de 2022. Ya traía yo algún atisbo de una nueva compra, pero no me había llegado hasta entonces con esa rotundidad. Siento que el medallón va a tener una función de peso y me acompañará igual que me acompaña el anillo que ya compré en este enclave tres años atrás. Finalmente no tuve que arreglarlo y le llevo puesto en mi dedo desde aquel primer día, sin excepción.

Por unas obras en la Catedral, en agosto del 2021 se descubrió que bajo el Pórtico de la Gloria, la joya románica mejor custodiada, había una cripta. Y teníamos la suerte de poder visitarla esa tarde, y medir la cripta bajo el pórtico: 33.000 UB, la mayor medida de mi biómetro. Cuando existe un vórtice energético , éste sube en su vertical hacia arriba con la misma medida, por lo que en el piso superior, el del propio pórtico del Maestro Mateo, tenía que arrojar la misma medida, y por ende, la misma en la tribuna que está encima del pórtico. Representan el cielo, la tierra y el inframundo. Ibamos custodiados por seguridad, con unas normas muy estrictas marcadas a los visitantes, pero en ningún momento mencionaron nada de medir con péndulo. Me curé en salud, y cuando todos estábamos a una distancia contemplando el pórtico, di paso al frente con libro en la mano y biómetro, y le comenté a seguridad mi intención para que me autorizasen. Se puso algo nerviosa al no conocerlo, desconfiada, pero cuando le mostré que era inofensivo el proceder, y me vio medir con el péndulo de piedraluna,  consideró que no era un peligro, se relajó y me dejó deambular y anotar mis medidas.

Yo estaba tranquila, midiendo responsablemente, pero no calibré las consecuencias de lo que iba a hacer en ese momento: pedir al péndulo que me marcara vórtice. – Casi la lío, pero reaccioné a tiempo -. Suelo hacer siempre los dos pasos, medir la calidad biótica del lugar en unidades bobies U.B. y localizar los vórtices energéticos. El péndulo pasó de estar relajado a activarse a 33.000 UB, cogiendo la velocidad y la fuerza de un proyectil. Tuve que abortarlo, porque los ojos de la vigilante se alertaron a la vez que los míos y corté inmediatamente la orden, ipso facto,  quedando guardado en mi bolsillo para cuando quiso llegar a mi lado. Y ya  entonces adopté la actitud de una visitante al uso, admirando las columnas talladas y policromadas de alabastro y mármol,  y la arquitectura en granito que nos envolvía. Al fondo, en línea recta y sólo a 100 metros de donde estábamos veía la otra cripta de Santiago Apóstol, con otras 33.000 UB. Luego el pasillo central de la nave de la catedral es un eje que conecta dos súpervórtices y a los que se suman otros vórtices menores,  geometría sagrada, venas de agua, armónicos de canto y órganos, y materiales minerales de granito con cuarzo y otras semipreciosas , entre ellas jaspes. Es decir, UNA BOMBA ENERGÉTICA. El Escorial es el Rey, pero posiblemente Santiago sea la Reina.

Una vez impregnados de esta energía transmutadora y potente, abandonamos la Catedral y nos fuimos a buscar mi medallón. Obviamente la primera candidata en quien pensamos fue la propietaria de la tienda donde compré mi anillo, pero desafortunadamente la tienda ya no existe y el dueño de la cafetería que tiene su espacio nos dijo que ya no se dedicaba.

Y comenzamos el peregrinaje, buscando el escaparate no me “latiera”, pero…  ¡¡  No me  latía ninguno !!

Hasta que llegamos a un minicallejón, lo que yo llamo CALLEJÓN DIAGON, porque entrábamos en la magia, el equivalente al callejón donde Harry Potter se adentra para localizar su varita de la mano del prestigioso  Sr. Ollivanders y su peculiar tienda. Está en una travesía entre plazas de la Catedral, lugar bendecido en pleno vórtice de la Capilla de nuestra Señora la antigua de Corticela. El escaparate es todo menos minimalista y sencillo. Está sobreexcedido. Las piezas de azabache y plata, gigantescas. Las figas, imponentes. Las hay mini, medium, súper y kingsize. Tiene todos los tintes de ser un lugar de meigas. Y allí estaba yo, atraida, atraidos los dos realmente, pues sentimos que ése era el sitio designado. La alegría me llegaba al corazón, y por sus latidos podría decirse que me estaba convirtiendo en candidata a meiga.

El local estaba repleto de piezas en las vitrinas. Y tras el mostrador, asomando entre el falso caos de piezas, cajitas y facturas, la figura de una mujer menuda, de porte elegante y voz dulce. La vendedora A. tenía control y orden en lo que pudiera parecer lo contrario, y le avalaba su linaje de generaciones de azabacheros y talladores alemanes, los Mayer, que habían llegado a tierras compostelanas a hacerse un nombre en el oficio, trabajando el mejor azabache que existe y que ahora escasea, el asturiano.

A. captó perfectamente lo que buscaba, y la pieza ovalada y perfilada en plata ya se preparaba para cambiar de dueña. Sacó un pequeño paño, especial para limpiar y lustrar la pieza a entregar y entonces…se ralentizó el tiempo.

Limpió, limpió y frotó todos los ángulos con devoción. Y cuando pensábamos que ya había terminado, se concedió una segunda vuelta. Y luego vino la tercera, la cuarta e incluso una quinta. Habíamos entrado en hipnosis viéndola actuar, como si en cada vuelta estuviese grabando una oración, un decreto o una intención. Le dió tiempo a grabar toda una letanía… Aquello había dejado de ser una simple venta para convertirse en un ritual. Y cuando ella consideró, levantó la vista y buscó caja de terciopelo, pegatinas y papel de seda, para acomodarlo como una verdadera joya. Y así nos lo hizo sentir.

Los Mayer tuvieron incluso un museo del azabache en la cercana plaza de Cervantes, y se le iluminaba la cara al contarnos sus tiempos dorados, cómo era y  cómo estaba concebido para ofrecerse al público.

Contenta y agradecida con mi medallón dejamos la tienda y nuestros pasos nos llevaron primero a conocer a un auténtico azabachero R. premiado en 2020 , verle  en su puesto de trabajo y contemplar e incluso tocar  las magníficas piezas por las que ha sido galardonado. Tienen alquimia, pero sólo algunos podrán comprarlas. Me quedé clavada en su escaparate y gracias a eso pudimos conocerle. Y después nos dirigimos  a una rúa cercana donde se encuentra una antigua virgen de leche del S. XII . Es la Parroquia de Santa María Salomé  que ya  conocíamos, pero en esta ocasión sí pudimos pasar y medir en el altar: 19.000 UB. Caía la tarde, y nos fuimos retirando pues sabíamos que al día siguiente, sábado, nos esperaba un día intenso, aunque nunca sospechamos cuánto.

Sábado 2 de abril de 2022. Había conseguido unas entradas especiales, que nos permitirían visitar y entrar en espacios de la catedral blindados al público en general. Cómo llegué hasta ellas, es un sinfín de “casualidades”, carambolas y personas que fueron enlazándose en su buen hacer. Por separado, dos de ellas me insistieron que no me perdiera la misa de peregrino que se celebraba ese día a las 12h. Y como eran ya las 11h, era el momento idóneo de irnos para allá, entrar, y tomar posiciones lo más centrados que pudiéramos en el pasillo. Eso dijeron.

Y nos fue fácil. Había 3 líneas de bancos reservados, pero pudimos situarnos creo que en el sexto banco a la izquierda, centrados junto al pasillo. Una bofetada intensa  a incienso recibimos al entrar cuando abrimos la puerta y vimos que había un botafumeiro colgando en el centro. Con mi medallón en mi bolso y mi cámara tomé algunas fotos, medí a zancadas el pasillo, llegué hasta la zona acotada del pórtico,…pero un aviso en varias lenguas me devolvió a mi sitio en el banco. El oficio comenzaba. Era la misa de peregrino, iba a descubrir de qué se trataba. La voz de una monja empezó a cantar, muy fina para un adulto, parecía angelical, cuanto más con la música de los órganos. Y esperando que apareciera un solo oficiante, apareció una comitiva, con varios miembros vestidos elegantemente y unos niños. El miembro principal debe ser Obispo u Arzobispo pues llevaba mitra y báculo, perdonad mi ignorancia. Es un ritual de bienvenida y se hace una lectura del listado de romeros llegados a Santiago que han pasado a reclamar su compostela en las anteriores 24 horas. Además del nombre se indica su nacionalidad y el lugar desde el que cada uno comenzó su peregrinación. Y aquí viene la clave: si alguno de estos romeros hacen pago, el botafumeiro se columpia en esa ocasión en agradecimiento. ¡¡ Y habían pagado !!

Prendieron con carbón este inmenso incensario , y  ocho especialistas, de nombre tiraboleiros, lo elevaron a 20 metros y lo columpiaron a 68 km /h. Con respeto os digo que es todo un espectáculo, pues conlleva un riesgo, aunque sólo en tres ocasiones han tenido un accidente estos 100 kg en movimiento. El incienso purifica, y acababamos de bañarnos en una fumarola blanca de incienso purificador en un sitio sagrado de poder. Y también mi medallón.

La Catedral nos esperaría a la tarde en otras dependencias, y también a la noche, pues teníamos el privilegio de poder hacer la visita nocturna y salir del templo a la hora de cenicienta, pues las 12 campanadas sonarían en la noche cerrada y fría al abandonar el sagrado.

En general la energía de Santiago es maravillosa, y debo confesar que soy una enamorada. Pero tiene sus resquicios.

EXPERIENCIA TRANS

Estábamos visitando la galería pétrea, el museo catedralicio, el tesoro y llegábamos al relicario…Yo empecé a no sentirme bien. Estaba incómoda, pero no pensé más allá. Pero la visita guiada nos llevó al claustro exterior al abrirse la puerta. Y no había dado tres pasos cuando todo el vello de mi cuerpo se disparó y noté que se agolpaban alrededor. Y entonces las ví: muchas lápidas a nuestros pies. Ufffff, pregunté a mi pareja si había más lápidas en la zona donde se había adelantado y constatamos que todo el claustro alrededor estaba repleto. Había habitantes invisibles que se agolpaban alrededor de mi…y estaban enfadados. Se sentían profanados, no les gustaban nuestras visitas,…Y empecé a tener ganas de vomitar. Aún así reuní fuerzas para medir en el centro del claustro…21.000 UB,… tampoco les gustaban las campanas quebradas abandonadas allí…Me debilitaba. Hice seña a mi pareja, abandonábamos el lugar...ya¡. Afortunadamente pude tomar el aire fresco y el sol en la siguiente dependencia, la balconada exterior que daba a la plaza de Obradoiro, donde los efluvios de energía eran otros, pero no fueron suficientes. Finalmente tuve que refugiarme y recuperarme unos 20 minutos en la Capilla de Nuestra Señora la antigua de Corticela, mi favorita, donde la energía es súper-reparadora y sanadora, energía primigenia de la formación de la ciudad en orígenes.

Y ya en la calle, nos topamos en la gran plaza con 24 mastines del pirineo presentados a concurso que hicieron las delicias de niños y mayores. Buscamos el Café Casino, un lugar con encanto donde disfrutar de una parada y más tarde visitamos la Sala Riquela y el Parador de los Reyes Católicos. Se aproximaba el momento de la visita nocturna.

Cuatro años ha llevado el estudio de la luz, pero la reforma ha sido magistral. Se ha tratado la humedad, se han cambiado los bancos, se ha limpiado con láser el altar mayor, se han reubicado los confesionarios y ahora todos los espacios son más armónicos y neutros, permitiendo destacar los elementos principales.

ES UNA AUTÉNTICA JOYA

La explicación de nuestra guía fue magistral, y afortunadamente sólo llegamos al relicario,…( no salimos al claustro, lo que me alegró mucho ). Tuvimos la oportunidad de subir a la Tribuna, sobre el pórtico de la Gloria, y comprobar que las 33.000 UB se mantenían. Desde allí puedes admirar la grandiosidad del Templo y era el único sitio autorizado para hacer fotos, aquí os las muestro…

Nos llevó también nuestra guía L. a la Puerta Santa, que estaba abierta esos días y a la Capilla del Pilar, con 21.000 UB que medí entre jaspes y mármoles. Me recuerda a las estancias de Felipe II en el Escorial, junto al altar mayor.  Quien está enterrado allí sabía lo que se hacía. Y la guinda fue que nos permitieron subir AL ALTAR MAYOR. Como lo oís. Por la mañana pisaba el Obispo y su comitiva; por la noche pisábamos nuestro grupo de 24. Y nos sentamos todos allí oficialmente.  Lo que sentí y recibí sentada en ese tablero de ajedrez, con una vieira en el centro, donde no rige ni espacio ni tiempo,…algún día te lo contaré tomando un café, cuando yo también lo sepa. Sólo compartirte que doce descargas recibí, todas de naturaleza desconocida.

Domingo 3 de abril de 2022. Dejábamos la ciudad satisfechos de lo vivido, agradecidos y muy contentos. Quizá sea nuestra última visita, pero uno nunca sabe cuándo hará el camino como peregrino.

A nuestra vuelta sólo una pincelada en ALLARIZ y en el CASTILLO DE MONTERREI,…¿ Estaríamos preparando nuestra siguiente ruta?

Cuarta parte. Año 2023

 

Santiago me está resultando adictivo,..jajaja. No pensé que un cuarto viaje a la ruta me resultara tan atractivo, pero voy a contaros los nuevos sitios que he descubierto allí, y las nuevas experiencias. Y he de aclararos que yo todavía NO soy peregrina. Pero he visto a muchos peregrinos en el camino francés y portugués, tanto en bicicleta como andando con sus bastones y botas desgastadas y polvorientas.

Viernes 28 de abril de 2023.

El viaje le iniciamos temprano, atravesando los túneles de Guadarrama, la zona de Adanero y viendo de reojo Astorga a nuestro paso. Prometía imponente, así que nos guiñamos el ojo para no perdérnosla a nuestra vuelta. Y en el tramo final nos salimos de la vía rápida para tomar la A-54, que nos permitiría ver los pueblos tradicionales, sus actividades diarias, su configuración con las farmacias y los estancos a pie de carretera, y el goteo de peregrinos continuo, ya con la alegría y la fuerza de la penúltima e incluso la última jornada. A 65 km. de Santiago disfrutaban nuestros ojos de una zona preciosa en Guntín, una panorámica que atraviesa el río Ferreira. Veíamos carteles de playa fluvial en Melide y ya a 30 km avistábamos Arzúa ( no me extraña que sean famosos sus quesos) y los prados del río Iso. Me quedaría a vivir allí, en esas casonas y casitas que tienen en sus entradas macizos de calas enormes y vistosas. Aparecen por doquier, como las setas en el bosque.

Nos registramos en el hotel y como no estábamos dispuestos a perder la tarde, el autobús que ya conocemos nos llevó a la zona turística de la catedral. Llevaba un propósito: encontrar un padre benedictino que quisiera bendecirme la medalla que tengo desde que visité San Benito de Orante, hace ya casi 7 años.¿ La razón? Pues tiene que ver con cierto trabajo que realizo. Aunque sabéis que yo no era creyente, muchas experiencias en mi vida me han llevado a plantearme lo que es auténtico, lo que es real, y lo que es importante. Cada uno tiene que hacer su ” calibrado personal”, y el mío me ha llevado por un camino de luz para ayudar a otras personas en lo “inexplicable” e “invisible”, que no es tal. Esa medalla tiene algo especial que ayuda y protege, y la orden benedictina me aparece siempre cuando hay un caso extraordinario. Y el colmo es ir a ver la nueva película de Russell Crowe, “El Exorcista del Papa”, basada en la vida real del Padre Amorth, y ver que el crucifijo oficial del Vaticano, herramienta que se usa para fines llamemos “difíciles”, lleva incrustada esa medalla. Os pondré una foto de la entrevista que se hizo en el programa de TV ” Cuarto Milenio”.

EXPERIENCIA TRANS

Y me vino, como si alguien me susurrara al oído: “Ve al Monasterio de  San Martín Pinario”. Y con los rayos de sol del atardecer, entré en él, que ahora es un Seminario Mayor, y al señor de la taquilla le expliqué mi propósito. Se sonrió, me negó con la cabeza, y me dijo que allí ya no había benedictinos desde hacía mucho tiempo, ( los benedictinos le fundaron en el Siglo X ) sólo quedaban unas monjas benedictinas y éstas no hacían ese trabajo. Agradecí, y debió ver mi cara de desconcierto, pues claramente me habían indicado ese lugar. Pero siempre hay un pero que puede cambiarlo todo.

Pero… comenzó la frase,…Igual si te acercas a la Iglesia de San Benito, que está aquí mismo, en la plaza Cervantes, el párroco pueda ayudarte. ¡¡¡Eso era!!! Iglesia Benedictina, Padre Benedictino, en la zona donde se pone la guinda al pastel en Santiago…La plaza donde empieza la cuesta final hacia la meta, que es el Arco de la entrada al Obradoiro, donde los peregrinos rompen a llorar de alegría con sus pies llagados, donde se da el último apretón para el parto, donde unos metros más y se siente el ÉXTASIS con el sonido de una gaita que te recibe. Allí estaba la Iglesia, donde los peregrinos tocan ya el cielo al terminar su viaje iniciático, donde en tiempos medievales había una fuente para mimarse los pies, quitarse la sed, refrescarse de la jornada, y donde los azabacheros ofrecían su magia y su protección con las piezas artesanas. La Iglesia corona toda la zona mágica, donde un vórtice energético se solapa a otro, y donde siempre me recargo tocando el granito de la zona de la Corticela, lleno de cuarzo brillante y antiguo que contiene precisa información.

Y ni corta ni perezosa, allí que me encaminé sin perder tiempo subiendo unos metros, y como un guiño veía abierta  la puertecita verde. Pedí a mi reportero del corazón que me hiciese una foto con la medalla en mi mano antes de entrar, y pasé sobrecogida, con muchísimo respeto. Allí no había ni el tato. Yo solita. Y me fui al primer banco. Dejé la medalla en el suelo, lo más cercana al altar, para que se impregnara. A mi izquierda, vi la puerta de la sacristía con un cartel que rezaba con algo así: ” Llámame si me necesitas. Y si estoy, te abriré”. Primero llamé suavemente, y nada. Me envalentoné una segunda vez, y llamé con fuerza. Unos pies y sus pasos cosidos venían desde el otro lado.

Y la magia se hizo. Tuve un flash y una duda al abrirse la puerta lateral. Un padre, que parecía el mismísimo Padre Amorth en persona, me atendía. Le pedí que me la bendijera, y no hizo falta más. Asintió. Sus palabras empezaron a resonar desde la puerta,…como una sagrada y elaborada letanía que hubiera repetido muchas veces…me perdí en la escucha. Me volvían a decir e insistían: ” Tiene que tocarla. Atenta, tiene que tocarla”...Y volví al plano de la bendición. Ya casi estaba terminando. Levantando el brazo, el padre marcó con la mano los 4 puntos cardinales,…”en el nombre del padre, del hijo y del espíritu santo”. Y cuando iba a cogerle sus manos entre las mías, donde reposaba la medalla, en un gesto desesperado por que la tocara y así cumplir el mandato que me llegaba, con sus dedos índice y corazón unidos se fue hacia la medalla, tocándola y diciendo AMÉN. Y ME SONRIÓ CÓMPLICE, como sabiendo lo que me habían hablado. Para entenderlo con lenguaje informático actual, al tocarla con sus dedos, el padre dio al INTRO, y  toda su DATA  entró y se guardó en la medalla como si fuera un pendrive, que luego puede meterse en mi corazón, que es mi computer, y en otros computers, en otros corazones como el tuyo.

Y cerró la puerta apresurado y volvió dentro, se le hacía tarde. Yo no sé lo que sentí, sólo puedo decirte que las lágrimas empezaron a recorrer mi rostro y estaba feliz. Había sentido Beatitud en una burbuja de recogimiento y silencio. Era como si me hubieran concedido un privilegio con la medalla bendecida. Unos días después, cuando abandonábamos Santiago camino a casa llegó la palabra que define la concesión o privilegio. Dijeron:

” Prebenda”.

Nuestros estómagos rugían y buscamos para cenar un lugar con música que nos habían aconsejado por su buena cocina: la tapería-bar A Gamela, y su especialidad en setas y revueltos. Una crema de verduras divina nos alegró el día y luego llegaron unas setas con nata y trufa con la que rompimos a aplaudir. Qué maravilla la cocina gallega¡¡¡¡

Sábado 29 de abril de 2023.

Al día siguiente fui a preguntarle al padre, y justo salía a la calle a la vez que yo entraba. Era importante saber su nombre para mí. El padre se llama Santiago, y uno de sus apellidos, Ferreiro. No se puede ser más gallego,..jajaja. También quería medir esta iglesia, construida sobre una medieval. Tiene en su altar 19.500 UB.

Después me fui a la azabachería especial donde compré mi medallón, la de la familia Rod Mayer. Tienen una gamuza específica para limpiar la plata y el azabache juntos, y me le limpiaron, e incluso me regalaron una gamucita. Su escaparate, como siempre, impresionante. Una enorme cruz de azabache pulido incrustado en plata con un citrino tallado precioso y enorme en el medio me dejó impresionada. Semanas más tarde sabría porqué.

Era día de Mercado de Abastos, todo un despliegue de flores, huevos, vinos, quesos, especias, y por supuesto verduras y frutas, pescados, carnes y tapas. Aprendí del saber de la especiera sobre remedios digestivos, y abandonando el mercado, fui a la oficina de turismo a informarme de los bonos turísticos tanto de autobuses como de monumentos, y a conseguir unos mapas. Daban lluvia por la tarde e igual había que cambiar el planning que teníamos, pero arreció y se despejó la tarde.

Al pasar por la Iglesia de San Paio de Antealtares, una pieza curiosa encontré mojada en el suelo: Un trozo de cuarzo que posiblemente había venido arrastrada de la cubierta por la lluvia, y que encontré a mis pies en la propia vía sacra. Que los edificios lleven en su construcción piezas de cuarzo roca puro ya te dice lo especial del lugar. Ya no es que sean de granito, con gran cantidad de cuarzo que contiene, es que…! hay piezas de cuarzo puro ¡. Lo entendí como una señal, un regalo, y con él en mi mano entreabrí curiosa la puerta y pasé, pues unas voces de mujeres, sonando angelicales, resonaban al otro lado.

Y me senté con tres personas más a disfrutar de la música, del coro de monjas de clausura que cantaban juntas alrededor del altar. Era un espectáculo que no esperaba, primera vez que lo presenciaba, quizá no debía estar allí y era un acto íntimo…Pero hipnotizaba el cántico y allí quedé con el máximo respeto.

Volví a callejear y atraída en la Plaza de San Martiño por la espléndida fachada de su Iglesia, bajé las escaleras para medir en sus grandes puertas, pero fue decepcionante. Sólo 10.5000 UB, una baja medición, sólo zona de meditación. Eso,…no cuadraba. Un esfuerzo arquitectónico titánico junto a la catedral ¿En una zona energética irrisoria?,…tenía que haber alguna razón para este desfase. Y al girarme…premio¡¡ Alguien ignorante dio la orden de instalar allí un complejo de alta tensión, tras unas puertas que indican el peligro, y han roto la fuerza que ese lugar que estoy segura llegó a tener. Sólo queda un vórtice de 13.500 UB en el centro de la pasarela que asoma a la plaza, viendo a mano derecha una fuente de 3 caños que también ha perdido su fuerza.

Era hora de cenar y buscamos el Fogar do Santiso, un proxecto 100×100 ecológico en la Rúa do Franco que nos gusta, y disfrutamos de sus tirabeques, su caldo gallego, su vino ribeiro y su cerveza tostada propia que es una exquisitez.

Era posible que tuviéramos que volver andando o en taxi, pues estaba programada una Carreira importante  y las vías principales en la zona vieja iban a ser cortadas al tráfico. Un helado de crema hindú picante con chocolate sin azúcar ni edulcorantes de la heladería Puerto Real, junto a la buena temperatura, hizo que disfrutáramos del paseo de vuelta al hotel. El día había sido bien completo.

Domingo 30 de abril de 2023.

Era día de Mercado Dominical en Padrón. Muy famoso. Y pusimos el navegador rumbo al pueblo.

Sólo sabía de Padrón lo que sabe todo el mundo: de sus pimientos y de su mercado. Pero me aguardaba una sorpresa. Una vez aparcados, un local muy amable nos indicó que siguiéramos recto y que al fondo, en cinco minutos veríamos el mercado donde se amorremolinaba la gente. Y justo vimos prendas de ropa colgadas en un gran paseo a la sombra de grandes árboles, y una fuente de piedra medieval con caños de agua fresca: estábamos en el mercado. Y nos adentramos en dos calles de vendedores y puestos, algo estrechas y apiñadas para nuestro gusto. Atravesé ambas, atraída por una barandilla: allí estaba un río, por cierto, el Sar, y un puente de piedra bien grande y consistente unos metros más arriba. Arrastrados por la gente, llegamos al final, salimos del gentío para ir al puente y nos topamos con una Iglesia. Y aquí viene la sorpresa.

En grande, podías leer una pancarta en el frontal de la Iglesia: AQUÍ EMPEZÓ TODO. ¿ Qué es lo que empezó, nos preguntamos? Curiosa pasé dentro, había misa y estaba a rebosar de gente. Alguna mirada inquisorial capté por llegar tarde, pero pude incorporarme a los feligreses mostrando gestos de respeto al final de los bancos laterales. Llegaba más gente tarde como yo, eran peregrinos cargados hasta las trancas con mochilas y enseres. Y quedaron sentados en mi zona  mostrando su devoción en sus rezos y movimientos. Todos fuimos aceptados. Las gentes gallegas llevan siglos siendo hospitalarias. Y entonces, empecé a sentirla: LA FUERZA. La misa terminaba, una voz masculina empezó a cantar acompañado de una bonita sintonía musical, y la vibración empezó a elevarse todavía más. Uffff, …este sitio…tiene PODER, Terminó la misa y decidí salir la primera para avisar a mi reportero del corazón que volvería a entrar en el templo cuando terminara de salir la oleada de gentes. Necesitaba medir el lugar y tenía que hacerlo discretamente, pues ya tengo experiencia en calibrar cuándo y dónde las gentes pueden sentirse incómodas si me ven con péndulo y biómetro en mano en sus sitios sagrados, pueden sentirse incluso ofendidos por considerarlo profano. Y aunque simplemente es una investigación respetuosa por mi parte,  tengo que aceptarlo, entenderlo, y buscar la ocasión idónea.

La iglesia se vació, sólo quedaba un puñado de personas en el lado derecho del altar, por lo que me fui camuflada al lado izquierdo. Pero me había perdido un detalle: allí, en un banco lateral, había un confesor con un niño de 9 años, confesando pecados de inocencia. Esperé paciente.

Cuando sólo quedamos los peregrinos y yo, el semáforo cambió a verde para mí, ellos se acercaban al altar y yo saqué mi biómetro junto a él: el péndulo avanzaba y avanzaba hasta que alcanzó el máximo, 33.000 UB. No podía ser, la iglesia era pequeña, no se trataba de una gran basílica ni catedral. Volví a medir y concluyo que coincidía, era el máximo nivel. Y entonces, mis ojos me lo confirmaron, pues empecé a sentir que se me deformaban, se cargaban. Mi cara pasó de fresca y lozana, a tener aspecto de recargada y cansada. En la foto podéis comprobarlo. Era hora de salir y recuperarme. Más tarde he sabido que allí se encuentra la piedra donde la leyenda cuenta que se ató la barca que llegó  con los restos del Apostol Santiago por primera vez a nuestras Tierras. Está bajo el altar.

Tomé de nuevo aire fresco y rayos de sol, y nos fuimos a buscar el ” otro” mercado, el de los productos locales que tanto me maravillan y a imitarles en sus comidas y bebidas. Ya lo dice el refrán: ” Donde fueres haz lo que vieres,”

Allí encontré los primeros pimientos de padrón de la temporada, un vino de zona buenísimo que se llama de Barrantes, y una oferta excelente de pulpo a feira difícil de encontrar ya. Cuatro o cinco carpas se ofrecían al público.

Mezclarnos con sus gentes, con sus tradiciones, con su loza y manera de beber el vino, con los olores gastronómicos y con los sabores de sus panes, quesos, tartas y cocinados es una experiencia que no te puedes perder. Lo mejor de lo mejor sobre tu mesa a un precio asequible. Ya depende de tus gustos y opciones personales lo que elijas comer y beber, pero hay para todos.

Nosotros disfrutamos en la Pulpería Mambis, compramos cucharas de madera, nos enseñaron cómo es una navaja auténtica de pescadores, anticorrosiva y afilada en láser, comimos posiblemente una de las mejores tartas de queso del mundo de Luis Rama de Carballo ( y no exagero ), …y pensamos en hacer ya la vuelta, pues un par de sitios teníamos que explorar en el camino al hotel de Santiago. Antes pasaríamos por Casa Grilo, a saborear sus garbanzos, sus vinos y sus cafés. En su parking dejamos el coche, pues escasos metros nos separaban de Iria Flavia.

De Rosalía de Castro apenas pudimos ver nada, pues estaba cerrado por festivo. Pero sí pudimos acercarnos a Iria Flavia, limítrofe con Padrón, y resentir su Iglesia, la necrópolis y el cementerio, hasta encontrar la tumba de Camilo José Cela bajo un olivo gigante.

Dos olivos descomunales hay allí. Con péndulo en mano me dirigí a la iglesia cerrada y medí la puerta principal, con una medición de 19.000UB. Muchos peregrinos pasan junto al olivo, con un cartel indicador bajo su sombra, algunos ajenos a que tras la valla, D. Camilo se divierte y entretiene viéndoles pasar.

Mostramos nuestros respetos  a este premio Nobel, académico y escritor español de humor único y actitud irrepetible que marcó nuestra infancia, y  cuyas obras desgranamos para los exámenes del acceso a la Universidad.

En piedra tallada hay un símbolo que los profanos no sabemos interpretar, pero seguro que los iniciados saben interpretarlo en su totalidad. Esta flor de la vida incipiente está en distintas zonas de la iglesia: en su lateral junto a la necrópolis y  en la parte derecha de su puerta principal. Yo puse mi mano con la mejor de las intenciones y es posible que haya hecho exactamente lo que muchos que me precedieron, aquellos peregrinos entregados que llegaban a esta puerta y lugar espiritual,  lugar que te predispone a la paz interior, al descanso anímico y al silencio mental.

Hay un sitio cercano que se llama A ESCRAVITUDE. Allí no paramos, simplemente pude sentirlo al pasar por la carretera, pero me hubiera gustado saber qué apantallamiento invisible existe en ese tramo. Mis manos se me cargaron y llegaron a dormírseme, y casi los brazos, un hormigueo que me recorría y que tenía que ir sacudiéndolas y activándomelas continuamente. Era como si hubiera un campo magnético al que entráramos y al que saliéramos, siendo el coche como una bala que lo atravesaba con nosotros dentro. Fue más intenso a la ida a Padrón que a la vuelta, pero me volvió a ocurrir. Investigaré, y si tú tienes una explicación al respecto, te agradezco que me lo hagas saber.

Tras un descansito en el hotel, rematábamos el día visitando la zona reactualizada de San Domingos de Bonaval, donde se han puesto a disposición pública y su disfrute zonas  monacales como su cementerio, sus huertas y su robledal. No deja de ser un sitio bien curioso que visitar, compartimentado y bello.

Con el atardecer en Obradoiro y una original cena en el Restaurante Benboa nos fuimos a dormir, pues al día siguiente caminaríamos y patearíamos zonas nuevas de Santiago que tenían mucho que contarnos. Y ahí lo dejo para la quinta parte.

Quinta parte

Lunes 1 de mayo de 2023.

Unos amigos me habían hablado de la Colexiata de Santa María do Sar. Una auténtica joya medieval fundada en 1134 de la que yo no supe nada en mis anteriores ocasiones de visita a la ciudad. Pero hoy era un día idóneo para visitarla, ibamos a hacer inmersión en toda la zona por la mañana, primero la colexiata, luego el ponte y las brañas, luego el lavadeiro y finalmente la Ciudade da Cultura. El tiempo soleado nos acompañaba.

Construcción románica S. XII

Fuimos con la esperanza de verla abierta en misa de 12:30h, por lo que estuvimos tranquilos para hacernos nuestras fotos y tomar recogimiento bajo los robustos  arbotantes, sintiendo la frescura del río, que fluye a escasos metros. Al estar solos, practiqué dermóptica pegando mi frente a la puerta cerrada. Sellé. Y oí cantar dentro a gentes con ropajes oscuros y amarronados, sencillos. Eran gentes sencillas de siglos anteriores. Pero no percibí más. Sólo unas ganas inmensas de sentarme bajo los arbotantes en recogimiento.

La sorpresa fue que al merodear sus alrededores vimos en su lateral el museo abierto, y por 2 euros pudimos visitar el claustro, el museo y la Iglesia. ¡¡¡¡¡¡Biennnnnn!!!!!!. Descubrí paso a paso esta maravilla energética. Testé todo su contorno, llegando a las conclusiones que ahora te cuento.

Como entramos por el museo para ir al baño, vimos primero el pequeño museo y luego desembocamos en el claustro, que por su disposición me invitaba a medir su fuente de concha, habiendo muchas papeletas de que tuviéramos vórtice central: y allí estaba, un punto energético de 19.000UB. Y mi cuerpo  me tiraba hacia una pared interior de las cuatro del claustro,…( las otras tres las ignoró, jajaja). Vi que a lo largo de este ala, la única que se conserva del estilo románico, el péndulo se disparaba continuamente. Había tres sarcófagos de piedra en el suelo con los priores del lugar. El más antiguo data  de 1.290. Toda una línea recta y larga activada. Hacia el final de la línea tenía una pequeña puerta y como había perdido a mi reportero del corazón, me fui a buscarle. Y allí estaba, dentro de la iglesia. UUUUUiiiiiiii, qué impresión. Como dice el refrán: “Es pequeñita, pero matona.” TOTALMENTE ACTIVADA, la sentí. Sin tener ni idea, la línea que había medido por fuera correspondía a uno de los 4 lados del rectángulo donde se trazó intencionadamente la iglesia en el siglo XII,  donde los maestros constructores pusieron con ojo certero el sedal de marcado. ¡Bingo!

La construcción románica tuvo que ser apuntalada con arbotantes en los siglos XVII y  S. XVIII, para proteger los muros septentrionales y evitar su derrumbe. Le hacen más atractiva si cabe. Pertenece a la Orden de San Agustín y yo le llamo cariñosamente, Pisa en Santiago. Y veréis el  porqué. Sólo hay que mirar sus columnas en la foto, pero estar dentro bajo ellas es otra cosa. Hay una atrevida elevación de las naves laterales y unas columnas interiores visiblemente inclinadas. Tiene armónicas proporciones, y si a eso le sumáis estar magnetizados y además estar envueltos en una acústica sobresaliente, la conjunción es muy atractiva. Cuando una familia de visitantes que entraron cuando nosotros se marchó, no me privé de hacer sonido para experimentarlo. Podría haber cantado cualquier canción, verdad ? Pues….sólo me salió OMMMMMMM, no me digas porqué. Le repetí varias veces,…OMMMMMM, OMMMMMM,… y con esta alta vibración en mis células, me marché. Doy las gracias desde aquí  a la persona al cargo del museo que nos explicó este punto de la fabulosa acústica, y de las bodas que se celebran en el templo con músicos e interpretaciones sublimes.

En mi cuaderno conservo todas las mediciones y el plano improvisado: puedo leer 19.500 UB en una puerta pequeña que hay lateral, a la izquierda del altar. El propio altar orientado al este tiene 24.000 UB, al igual que una losa cuadrada en espejo que tiene enfrente, cuando termina el pasillo central, y que corresponde al lugar marcado por donde pasan todos los feligreses cuando bajan los tres o cuatro escalones al atravesar la puerta principal. Hay unos confesionarios de madera justo en la línea del trazado, también activados. Me gustaría saber de qué madera están fabricados. Hay una pila bautismal de granito, con dos senos que me aventuro a decir que puede ser jaspe rojo. y cómo no, diversas tumbas de priores y arzobispos  perimetreando el lugar hechas en granito. Todos ellos estarán momificados, no cabe duda. Si te interesa saber  por qué hago este comentario, puedes consultarlo aquí, en mi apartado de radiestesia , conceptos que descubrí y aprendí con mis instructores Epifanio Alcañiz e Ismael Caballero. También puedes leer mi historia El misterio del Huevo, bien divertida al respecto sobre mi propia experimentación.

Con tanta energía salimos del recinto, que avanzamos unos metros hasta llegar al puente antiguo y a los caminos que se ofrecen junto al Sar, llamados brañas o zonas de inundación, y donde los compostelanos hacen sus delicias paseando, practicando deporte y llevando a los niños a este pulmón oxigenado de la ciudad.

Estas zonas inundadas han sido posiblemente la razón directa de que la infraestructura de la  colexiata se viera amenazada. Al estar construida a sus orillas, esta iglesia es junto a la Catedral, la que conserva mayor parte de su primitiva fábrica románica. El puente y la Iglesia eran los primeros en recibir en tiempos a los peregrinos que llegaban por la ruta castellana, calzada o camino real.

El barrio do Sar está delimitado por el monte Gaiás, en el que se construye actualmente la Ciudade da Cultura de Galicia. El formidable tamaño de este complejo cultural, igualado en extensión a su casco histórico, nos esperaba. Empezamos a subir, pero no queríamos perdernos la visita de un pequeño tesoro escondido entre sus vecinos: el lavadoiro. De su fuente y agua fresca me comentaba un vecino mayor con gorro y bastón que han bebido ” de toda la vida”. Y les imitamos, jajaja. Faltaría más.

 

Arquitecto neoyorquino Peter Eisenman y John Hejduk

Ciudade da Cultura. La cuesta se me hacía exigente, pero ya faltaba el último tramo para visitar este proyecto de talla internacional, presentado al concurso y convocado en el año 1.999. Tienes unas vistas maravillosas de la ciudad, 360º

Simboliza la voluntad de Santiago de convertirse en una referencia indispensable en el circuito cultural internacional. Equipamiento que incluirá teatro de la ópera, varios museos, biblioteca, hemeroteca, centros de investigación y estudios,…y un amplio espacio forestal recreando el paisaje autóctono de Galicia.

Estábamos algo hambrientos ya, y tras un café de recuperación en la cafetería de uno de los edificios, nos propusimos hacer la bajada y atravesar la ciudad por atajos de parques y espacios verdes hasta llegar a nuestro objetivo: el Barrio de San Pedro, concurrido, con bares y restaurantes donde degustar comida gallega.

O¨Bochinche fue nuestro candidato final. Allí descubrimos el nombre del pan que nos quita el sentido, se llama pan de Leis y fue concebido precisamente en ese barrio por los abuelos de los actuales panaderos que lo comercializan actualmente. Acompañó la exquisita comida que tomamos y la palomita de vino de barrantes; ese puerro en salsa de xema al kimchi queda en el histórico TOP-TEN de mi memoria.

Un descansito no vendría mal después de nuestros 15.ooo pasos, por lo que nos refugiamos a la hora de la siesta, en la Rúa do Vilar, donde nos esperaba un café y una tarta de queso con arándanos en The Bistro, junto a la oficina de información de turismo. Los sillones de este café-casino tan exquisito son los mejores para el descanso, y están en la zona catedralicia.

Era nuestro último día en la ciudad, por lo que fuimos a despedirnos de ella a Obradoiro, la plaza que siempre acoge a todos, todas las culturas, las lenguas y las razas, y comencé el ritual de descalzarme y tumbarme al sol de la tarde, justo frente al río energético que pasa por su arco y que desemboca en la zona norte de la plaza, inundándolo todo de éxtasis y alegría. Os lo recomiendo. RESENTIR EL ÉXTASIS no se puede hacer todos los días,jajajaj.

Y allí me dormí, viendo a una niña que merodeaba de un año y medio aproximadamente, libre también como yo, que bajo la mirada de sus padres se movía y hacía las delicias de los que estábamos por allí. Me sonrió un par de veces en complicidad, me imagino que por estar las dos en el suelo, y esa sonrisa fue mi mejor regalo. Benditos niños.

Martes 2 de mayo de 2023. Día de vuelta.

La jornada iba a ser larga, pues volvíamos de Santiago hasta Aranjuez pasando por Astorga. Era operación de tráfico de regreso, habría retenciones, y había que tomárselo con paciencia y buena disposición.

Rte Benboa

Nuestros corazones daban las gracias a todo lo vivido, incluida la anécdota divertida que no os he contado y que me pasó antes de entrar en Benboa.  Buscaba un sitio donde tomar un caldito o crema de verduras gallega que tanto me gustan, y la iluminación de un restaurante me llamó la atención. Se veían muchas ollas, cacerolas y pensé: aquí debe haber, seguro. Y pasamos justo antes de unos usuarios que llegaban a la puerta en taxi, con categoría, personajes que salen por televisión y que al principio no reconocimos. Y a la joven que nos recibió le espeté si allí tenían caldito y crema, y su cara se desconfiguró, aturdida. “Perdone? Tienen reserva ? Me temo que caldito, así,… no tenemos…”y me ofreció una carta en metacrilato de lo más “in”. Una sola mesa alargada y para compartir unas 10 personas era el único espacio. Y una cocina en abierto, como para hacer show-cooking. Acomodaron a los personajes televisivos que tenían reserva y se disculpaban por venir algo tarde, y nosotros dimos las gracias y nos salimos. La carta no tenía lo que yo buscaba. Y a la salida, nos dimos cuenta: era  un restaurante galardonado con estrella michelín, donde su encanto está en ver preparar tu propia comida bajo manos reconocidas. Estaba claro que allí no era nuestro sitio, jajaja… nos esperaba para celebrar el Restaurante Benboa y sus delicias, y agradecida quedo. Por cierto, no tomé caldito tampoco…

Volvimos a tomar la A-54 por Arzúa y Melide y los preciosos parajes de S. Pedro de Meixide,con sus bosques, prados, hórreos y ríos ya en la provincia de Lugo, y tras una limpieza de mosquitos estrellados en una gasolinera repsol y un par de cafés en esta cafetería limpia y a estreno de Encontro Gomeán, pasamos por el precioso  Val de Neira. Tras su túnel y viaducto llegábamos a León, ya en nueva Comunidad  y a las 13:30h estábamos aparcados y visitando la Catedral de Santa María de Astorga. Escondida tras sus callejuelas empezamos a ver el empaque y la importancia de su fábrica. Un color rosado en su piedra la hacen distinta de otras que conocemos, y nos pareció fantástica. Imponente fachada principal con retablo pétreo barroco que adelanta la riqueza artística que debe esconder en su interior.

Estaba cerrada, pregunté en su tienda ( que por cierto, dos medallas de San Benito me traje por delante en mi compra..) y medí por el exterior: 21.000UB en su puerta principal, 13.500 UB en la puerta este marrón, con un vórtice fuerte. Para sorpresa, al lado suyo, emergía a nuestros ojos una construcción que parecía gaudiana, y así lo confirmamos. Era el palacio Gaudí y sus jardines…pero…qué hacían juntas construcciones tan distintas y tan espectaculares ambas, y tan cercanas? Habrá que volver y descubrirlo en otra ocasión.

Retomamos camino, y ya el paisaje estaba salpicado de fardos blancos de paja sobre las cosechas, y silos de grano. Finalmente las aguas del Tajo nos daban la bienvenida en casa y dormíamos esa noche con la satisfacción de haber optimizado nuestro viaje y nuestras vidas tras 1.350 km. Espero que compartirlo contigo también aporte beneficio y riqueza a la tuya.

!Hasta la siguiente ruta¡

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