Ángeles Lozano

S Lucía

Área Priv@da

S Lucía

Ni siquiera podía imaginarme la trascendencia de un mensaje de whassap recibido este 19 de noviembre. Simplemente decía : ” Geles¡ Podrías venir mañana o pasado a mi habitación con el `péndulo…llevo un tiempo que la noto densa, como si le hubieran hecho algún trabajo…las plantas no crecen y yo hay ratos que me siento rara, y necesito irme. ”

Me daba datos de la localización para poder llegar y en cuanto terminé de leerlo, un nombre de una compañer@ flasheó en mi cabeza. CLICK¡¡¡   Casualmente estas dos personas habían quedado al día siguiente para desayunar y tratar el mismo tema de testaje y percepción. Lo supe después.

” CASUALMENTE” también las condiciones se dieron para poder coincidir las tres al día siguiente. A pesar de hacer equipo, testamos el lugar de manera individual para no influirnos y poder dar más fiabilidad a lo que cada una captamos.

Con mi péndulo de piedra luna prospecté el lugar cuando ya ambas tenían parte de la información y aunque la estancia en principio parecía normal, al llegar a una de las puertas…la zona estaba alterada. Incluso diría más,..parte del tabique colindante. Tuve que retirar el péndulo para que no se dañase. La calidad biótica del lugar descendía de 7000 UB a 5000 UB.

NOS MIRAMOS. Parece ser que coincidíamos en el lugar. Estaba deseando saber qué información tenía mi compañera.

Y ella empezó a hablarle con naturalidad. HABÍA ALGUIEN MÁS, alguien muy enfadado. Enfadada. Era una mujer. Una mujer que había quedado atrapada en aquel tabique; ella, una mujer con poder que llevaba años incomodada por un tabique que cruzaba EXACTAMENTE donde ella estaba sentada en su silla de despacho. Una mujer educada en costumbres cristianas donde la idea de PURGATORIO le paralizaba. Le confesó tras una intensa conversación que no se había portado bien en su vida y tenía MIEDO de ser juzgada.

También supimos su nombre: Lucía. Tenía un cargo importante de reconocimiento e influencia en el área donde se movía su actividad en tiempos antiguos.

Con la dulzura que le caracteriza, mi compañera despejó todos sus miedos y aunque fue difícil, consiguió que por sus propios ojos viera y creyera su verdad. Se dieron otras intervenciones y finalmente con la energía que se generó en UNIDAD, pudimos las tres liberar a este alma condenada en esa construcción hasta que fuese descubierta y rescatada. Y no solamente se marchó ella: otras almas vinculadas directamente también llegaron a la luz por fin.

A veces si miras alrededor, hay elementos que te pueden ayudar a entender. Nos percatamos que una planta cinta tenía parte de sus hojas desplazadas de la zona donde S. Lucía generaba un vórtice inarmónico. Dos días después, la energía del lugar se había equilibrado y la planta estaba perfecta, distribuyendo sus hojas por igual, sin zonas de “huída”.

Nos invadió la alegría. Nuestros corazones alineados habían hecho un buen trabajo, sentíamos la satisfacción. Habíamos llegado al lugar con un día soleado y despejado de noviembre, pero por la ventana vimos cómo en el momento de la liberación fuera se generó un torbellino de hojas y polvo que arrasaba la calle y empezó a llover con rotundidad.  Las gotas de lluvia limpiaron la atmósfera, como si un paralelismo se hubiera establecido entre el interior y el exterior de los cristales.

-Cada vez que entremos a ese lugar veremos la estancia con OJOS NUEVOS —

Posteriormente, éste es el estado benéfico de la zona…

Mi agradecimiento a los compañer@s que en esta ocasión han participado.

(Todo el contenido del capítulo está previamente revisado y autoriz@do por las personas implicadas, y a ellas agradecemos compartir la información tan personal. )

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