NACIÓ LA PANTERA NEGRA
Y llegó uno de esos días en que necesitaba meterme en la bañera, algo no muy habitual en mí.
Por entonces vivía en la ignorancia, no sabía todo lo que se estaba manifestando y su significado.
Agua muy caliente, sal gorda, unas gotas de elixir de hierbas de mi maestra, tenue luz de recogimiento y estar en soledad, esos fueron mis ingredientes. Y con esos requisitos cumplidos, mis pies fueron los primeros en ir fundiéndose con el calor del agua. Luego el resto de mí recibió su abrazo.
Cerré los ojos y me entregué. Estaba extraña…Permanecí sin moverme un tiempo que no puedo calcular hasta que paulatinamente fui levantando una pierna, apoyando el pie en el azulejo.
EXPERIENCIA TRANS
¿ Te he dicho pie, lector ?
Como me pesaba tanto, abrí los ojos y me quedé muerta. Me quedé muerta cuando ví que aquello no era una pierna con un pie, era UNA PATA ROBUSTA DE COLOR NEGRO, imponente. Por inercia levanté la otra, y descubrí… QUE ERAN IGUALES ¡¡¡
¿PeRo QuÉ CaRaJo EsTá OcUrRiÉnDoMe ?
Eran negras, grandes y pesadas. Ponte un momento en mi lugar, no podía reaccionar, sólo miraba con mis ojos impactados a mi alrededor. Y todo estaba normal. Menos yo.
Sobrecogida y temerosa puse mis ojos rumbo al norte, recorriéndome en canal con la mirada y observando que era tan voluminosa y oscura que me había convertido en otro ser. No estaba viendo un humano, estaba viendo una PANTERA NEGRA, descomunal, fuerte y vigorosa. Dócil, majestuosa, pero conteniendo un lado muy salvaje. Se acababa de manifestar mi animal de poder.
Y vinieron en oleadas unas ganas irrefrenables de expresar, de rugir. Ese sonido que no se oye en esta dimensión, en nuestra realidad, pero que es potentísimo en otras dimensiones.
Y perdida en el espacio y en el tiempo, tras la experiencia fui volviendo poco a poco a la normalidad, recobrando mi cuerpo humano. A partir de entonces soy conocedora de mi animal, y me ha llegado la información y el conocimiento suficientes para saber que todos tenemos un animal de poder que forma parte de nosotros. Los animales de poder son parte de uno mismo, y nuestra cultura occidentalizada ya no honra el hecho de vivir de modo intuitivo. Afortunadamente hay otras que todavía los mantienen y los veneran, conservando su tradición ancestral, sus raíces, como los nativos norteamericanos o los aborígenes australianos. También culturas tan respetadas como la incaica o maya , entre otras, nos muestran cómo los animales de poder son elementos comunes por todo el planeta.
Lector,…¿has tenido la suerte de ver el tuyo ?
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