¡¡¡¡¡¡¡ BRUTAL !!!!!!!!
Fue la expresión que ambas dijimos al finalizar la sesión.
Habíamos tenido sesiones sanadoras anteriores muy espectaculares, recuerdo una de ellas como “azul petróleo”. Empecé a visionar este color tan exclusivo y cuando terminamos me dijo que era un lugar real en Argentina que visitaba de pequeña cerca de un enclave minero en la provincia de Neuquén. Se subía a un lago de petróleo donde predominaba este color. En otra ocasión fuimos capaces de conectar una imagen, como una postal, de un sitio precioso que solía visitar, incluso la postura que adoptaba cuando se relajaba al contemplar este lugar paradisíaco. Así he ido conociendo sus sitios “mágicos” en Argentina. La postal es el lago Lacar, en San Martín de los Andes. Y el color es azul profundo, de agua limpia de deshielo, vista desde el jardín de la casa de té Arrayán. ¡¡Cuánta belleza!!
Pero lo que en esta ocasión ocurrió, era de una categoría distinta. No era telepatía ni mediumdidad…se trataba de la revelación de CÓMO está figurado el cuerpo-vehículo que tenemos a nivel energético, vibracional, cuántico.
He de confesarte, lector, que esta mujer especial ya había experimentado en camilla una levitación antes de conocernos. Es practicante de reiki y otras disciplinas , por lo que tenía delante a una persona conocedora y portadora de mucha información. Una maestra.
Experiencia TRANS
– GEOMETRÍA MATRIX –
Inicié el protocolo de Reiki ordinario y desde el primer minuto su cuerpo se empezó a mover. Pero era un movimiento…cómo definirlo,…cuadrangular. El cuerpo había pasado de tener una geografía de curvas y redondeces a tener una anatomía MATRIX. Es lo más aproximado que puedo definirlo. Se había convertido en un cubo de rubik humano en un espacio tetradimensional, no tridimensional, donde todos los minicubos que formaban sus piernas, sus brazos, su tronco y su cabeza empezaron a rotar. Un TESERACTO, un cubo de cuatro dimensiones espaciales vivo de anatomía humana.
Mi sorpresa fue mayúscula. Casi no me atrevía a respirar, pero tuve que hacerlo…la cosa iba para largo. Veía cada minipieza, cada minicubo, rotando y buscando la combinación exacta de un “PATRÓN DESCONOCIDO”. Cuando lo encontraba, finalizaba y tomaba el relevo la siguiente pieza. Todo iba continuado como si fueran los eslabones de una larga cadena en un complejo engranaje y como si al mando fuera una inteligencia superior y ajena a nosotras que iba orquestando el orden que debían seguir.
Por extraño que pueda parecerte lector, estaba tranquila. A pesar de ver su cara, su cuerpo y sus extremidades en pleno proceso de ajuste, sabía que únicamente se trataba de un proceso avanzado de sanación que tenía el privilegio de testimoniar. Por lo tanto, continué con mi protocolo Reiki dejando libre al organismo de mi paciente para que aplicara su sabiduría.
– Desde el cuerpo y su expresión pudo llegar a un equilibrio en todo su ser –
JAPÓN HACE SIGLOS
Esta maestra reconoció lo que le había sucedido: “katsugen”, me dijo.
Es un movimiento regenerador.
katsugen: COLOCAR LA VIDA
Si buscas la definición de katsugen, verás que se trata de una palabra japonesa que está relacionada con una disciplina, una práctica corporal que nos ayuda a autorregularnos. Se basa en la capacidad que tiene nuestro organismo de autorregularse espontáneamente frente a los bloqueos físicos. Es un movimiento que no se ejecuta, simplemente surge en respuesta de las necesidades del organismo gracias al sistema nervioso autónomo. Nuestro cuerpo es una maravilla. El Katsugen se basa en la capacidad que tiene nuestro organismo de autorregularse espontáneamente frente a los bloqueos físicos, emocionales y mentales de todo tipo.
El katsugen es una de las prácticas, junto con el yuki y el gyoki que forman parte del SEITAI.
El pueblo oriental nunca dejará de sorprenderme. ¡Cuánta sabiduría almacena en su memoria ancestral! Ellos ya lo conocían…
La palabra katsugen significa “movimiento que regenera la vida”.
Es el movimiento del sistema nervioso autónomo. El Katsugen está basado en el movimiento involuntario y nos lleva a suprimir momentáneamente el movimiento voluntario. No se busca nada conscientemente; se practica sin técnica, sin objetivos.
En nuestro caso fue totalmente inconsciente. Planteamos una sesión de Reiki y se dieron condiciones de katsugen en un espacio-tiempo ilimitado. En la vida cotidiana, cuando miramos el reloj, habían pasado más de dos horas.
Ahora me gustaría hacerte una pregunta, lector. Si el katsugen en mi paciente fue una cadena de minipiezas cúbicas rotando y ajustándose contínuamente,…¿sabes cuál fue el último cubito en colocarse? ¿ Sabes cómo supe cuando todo el proceso había terminado ?¿ Cuál dirías ?
Pues bien, la última pieza fue…solución
Tiene sentido, verdad? Oí el último “clack” y ese contínuo y sistemático “clack-clack” dejó de sonar. Había terminado el proceso y la maestra se levantó nueva y regenerada. Y por supuesto…
¡¡¡¡SORPRENDIDA !!!!
( Volver a Mi libro ” EXPERIENCIAS TRANS “)