Ángeles Lozano

EL IMÁN

Área Priv@da

EL IMÁN

Dos cosas descubrí ese día:

Que era capaz de ver cuerpo etérico, y la experiencia física que me ha llevado a escribir y compartir el capítulo,…EL IMÁN.

Como seres de luz que vamos experimentando, recordando aprendizajes y mutando, tras el verano de este 2019 me encontraba visitando a una mujer joven que ha sufrido varias operaciones seguidas y que no ha mejorado sustancialmente frente al dolor en este periodo que va para dos años. Su umbral de resistencia es muy alto, pero ya ha tocado techo y en la medicina convencional no aportan una solución que le resuelva su delicada situación.

Había que hacer algo, por lo que me fui a visitarla con una selección de aceites de grado terapéutico para testar sobre ella y la intención de imponer las manos para transferir herramientas a mi alcance, ya fueran cristales atlantes, códigos, símbolos, etc.,…

Tras el testaje y la preparación del combinado de aceites, -la sinergia-, pusimos su extremidad afectada en un soporte mullido para que estuviera elevada y poder trabajar apenas rozándola. Y cuál fue mi sorpresa cuando al dar el aceite en masaje notaba que mis manos pasaban por una zona, pero se mantenían a una distancia de 2-3 centímetros de la otra, no podía extender el aceite físicamente. Y entonces lo ví….

1ª EXPERIENCIA TRANS

Pero…” SI ESTÁ COMO UNA BOTA”, exclamé.

Este segmento de su cuerpo, que físicamente es bastante delgado, aparecía hinchado, duplicado en volumen y en dos colores distintos: amarronado y rojo intenso, que me recordaba un semáforo, como si emitiera luz. Posteriormente he podido ver las fotos de cuando todo ocurrió, su accidente,  y es increíble cómo se ven los mismos colores. Coinciden los colores y el contorno inflamado. Sólo hay uno, el color morado de los hematomas, que yo no veo en el etérico. Los tres colores se reducen a dos.

La paciente empezó a llorar. Era un consuelo que “alguien”, en este caso yo, viera con sus ojos lo que ella sentía y que nadie creía, pues su miembro aparentemente está delgado y en color neutro, color piel. Pero evidentemente el DOLOR está solicitando a gritos AYUDA. Posiblemente ella necesite trabajar por ella misma LA AUTOSANACIÓN. La Sanación Cuántica y Las terapias Esenias y Egipcias trabajan a estos niveles de anatomía sutil y transmiten el conocimiento y la sabiduría de los Esenios sobre los cuerpos físico, etérico, astral o emocional, mental y causal. El cuerpo etérico envuelve el físico exteriormente a unos 2-3 centímetros.

Impuse mis manos con el dictado del corazón y me percaté que un Maestro oriental se acababa de hacer presente, acercándose junto a la paciente en el sofá. Se lo expliqué. A este maestro le había visto cuando yo cuando recibía acupuntura y estaba bastante enferma. Y justo hablábamos de este arte como salida a su dolor cuando le ví. Es mayor pero joven, pero como si viviera 200 años y tiene 100, súper pulcro, vestimenta larga de color gris perla, una especie de peto cuadrado delantero y luego los faldones tableados. Y mangas blancas que combinan con su pelo crecido y su barba crecida. Lisos y largos. Cuando terminé mi descripción y las dos sabíamos de él, se giró y se dirigió hacia el baño,…y más allá. Desapareció de la vista. Pero al mismo tiempo, “veía” como si entrara en la habitación final que había tras el baño. Y así se lo describí a mi paciente. Y después, volvió y se quedó de pie en el límite entre el salón donde estábamos y el baño, mirándonos y ” oyéndonos”. Asentía con la cabeza de vez en cuando.

Ya nos teníamos que ir, cada una a nuestros quehaceres, casi al límite del tiempo disponible de las dos, y me acerqué  presurosa al baño para lavarme las manos y poder recoger. Y entonces sentí un frío que me erizó el cuerpo entero. Hasta ahí normal, muchos sentimos “las presencias” de difuntos y esta sensación gélida. Pero fue trascender la puerta del baño y ya no podía avanzar hacia el salón. Una fuerza ” tiraba” de mi espalda hacia la habitación del fondo, la de una de las niñas. Yo hacía fuerza por avanzar y quien fuera hacía fuerza por hacerme retroceder. Me sentía como la res de un cowboy con la soga al cuello. Me sentía capturada. Y en vez de oponerme más, COMPRENDÍ, y entonces sencillamente ME RENDÍ y dejé que actuara.

2ª EXPERIENCIA TRANS

Mis pies iban cada vez más rápido acortando los pasos y mi cuerpo, succionado físicamente, hizo que en los dos últimos metros etéricos mis pies no tocaran prácticamente suelo. Había sido IMANTADA.

⇐ LA FUERZA DE UN IMÁN me atrapó ⇒

Topé por fin, pero no sabía qué tenía detrás de mí. Estaba acolchado, no sé porqué pero tengo la sensación de algo entelado, como la tela de un paracaídas que me envolvió suave. Y allí  crucé mis brazos al contrario de como lo suelo hacer; o yo soy zurda y él diestro, o él es zurdo y yo soy diestra. O quizá era efecto espejo. Pero mis brazos estaban al revés. Un señor, militar, con bigote, estaba enfadado. Le sentía claramente alojado en mí. Estábamos cómodos los dos, una grata sensación, bien fusionados.

Atónita , mi paciente era testigo visual de lo que estaba ocurriendo. No sé lo que ella veía o percibía en el 3D. Yo le iba transmitiendo lo que ocurría a nivel sutil. Y ella dijo: ” …es mi padre”. Su padre murió hace unos años. Yo “Sentía” que estaba enfadado, pero no con ella, para su tranquilidad. Estaba enfadado por cómo la vida la estaba tratando…por lo que estaba pasando. Y quizá un poco enfadado consigo mismo, por su impotencia, por no poder intervenir en su proceso y protegerla más. Le era muy duro de aceptar, y éso que doy fe que él es duro y ella también. Por eso a ella le dije algo así: ” De raza le viene al galgo“, provocando una sonrisa de orgullo en su linda cara. Les sentía compartiendo la misma fortaleza. Padre e hija. Cuando días después me hizo llegar por el whassap una foto de los dos, constaté que definitivamente ERA ese señor, esa misma altura, ese bigote, esa planta tan rotunda.

La dulce perrita de la casa empezó a rascar y a golpear fuerte la puerta de la calle con desesperación. Nos sacó a las dos del trance; su dueña fue a abrirla y a atenderla, pues entraba con las orejas atípicamente gachas. Y yo reaccionaba abriendo los ojos y girándome para ver qué era lo que tenía detrás. Tenía bastante curiosidad. No podía creer que simplemente hubiera una pared blanca y dura, la pared sencilla de una habitación de niños.

Cómo cambia una realidad y otra ¡¡¡

En este trocito de pared, que recapacitando ha sido refugio de algún miembro de la familia, se va a colgar la foto de este padre, marido y abuelo como homenaje y muestra de respeto y admiración, creando un simbólico altar de comunicación y conexión.

Si me lo permiten en mi próxima visita, y espero que así sea, le mostraré mi cariño y agradecimiento. Ya no tendré que ir de espaldas, iré de frente voluntariamente.

No salgo de mi asombro:

Posteriormente he hablado con ella para saber cuáles fueron sus sensaciones. Me confirma que describo claramente lo que pasó. Que a mí me veía “atraida”, y que mi cara era feliz.

Ella describe ver como un holograma cuando crucé los brazos. Me veía a mí, pero su cabeza le mostraba a su padre. Estaba simultaneando visión con ojos físicos y visión con tercer ojo. En milésimas de segundo, me matiza. Y me pone un ejemplo muy gráfico, que adopto, para resumir cómo me veía a mí, y  a su padre alojado:” como cuando ves una imagen, mueves el papel, y ves otra” al girarlo. Estaba yuxtaponiendo 3ª y 4ª dimensión.

Definitivamente, tenía delante a una potente sensitiva. Bienvenid@¡¡

 

(Todo el contenido del capítulo está previamente revisado y autoriz@do por las personas implicadas, y a ellas agradecemos compartir la información tan personal. )

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