Ángeles Lozano

Entre Cacerolas

Área AKÁSHICA Priv@da

ENTRE CACEROLAS

Maravillosamente lo cuenta nuestra compañera participante en el trabajo de hoy, viernes 11 de septiembre de 2020. Aquí lo tenéis:

Don Sebastián

A media tarde, como todas las cosas en su punto medio, osea: en el equilibrio o en la virtud, acudo a tu casa, a una cita insospechada, porque aunque tu casa, no te conocía.
En el hall me saluda la dueña y casi sin sentarnos, nos atraes hacia tu rincón, donde atesoras mapas y libros en un incansable y cómodo estudio permanente. No te veo, pero tus gestos amables y tu tic de maestro condescendiente con tus gafas redondas, las intuyo detrás de las paredes que para tí no existen.
La luz de la amplia ventana ilumina tu mesa entre las estanterías donde tú tienes tus libros y ella en su cocina las cacerolas. En un ambiente familiar, aunque no consciente hasta hoy, convives en zapatillas por las estancias de la casa. Qué habrá existido antes para que no quieras moverte? Seguramente tu refugio intelectual y in amor grande por el conocimiento y la enseñanza, un estar conforme en la continuidad del tiempo aceptando lo nuevo sin moverte del espacio de tu hogar solitario.
Hoy fue evidente que se puede convivir en espacios y tiempos diferentes. Cómo? Sólo dando cabida a esa realidad, ampliando el margen de la mente, dando alas abiertas a lo posible.
En realidad la vida siempre está a nuestro favor en cualquier plano. Somos viajeros incansables que a veces nos place detenernos como a don Sebastián.

 Catalina:

Sentada en posición de acunar un niño esperas a que te veamos. El ambiente: cálido, infantil, de buena vibra.
Tu actitud de segundo plano, de no ocupar sitio por no molestar, de pasar desapercibida aunque estés presente. Mucho daño debieron hacerte tus experiencias de vida para arrastrar una soledad que duele tanto que hasta yo la siento. La guerra te dejó sola y ese dolor ahora es miedo.
Aparece un perrito feliz con la cola en alto, negro y de pelitos largos, se refugia en tu regazo para darte amor, el único que recibes desde ni te acuerdas cuándo. Tu anhelo de familia te atrajo en pos de S…, entonces un bebé muy guapo al que tocabas con gesto cariñoso su nariz para mostrarle tu afecto. Hoy has seguido su rastro de luz y le esperas con tus brazos.
La experiencia es para todos, para vivir lo extraordinario, para sentir que hay otros sentires y saber que somos maestros y aprendices aquí y más allá del aquí.
He querido abrazarte donde estabas alojada y sentir tu calor de volcán y saciar tu necesidad de contacto. No me digas por qué,  pero me has hecho entender que era el momento de abrazarte como a ese niño que no merecían tus brazos.
Has sabido que no estas sola y que se te estaba esperando. Has sabido que la Luz se pide, viene y te transporta. Has sabido que la vida siempre sigue y siempre hay alguien en algún lugar del universo que nos ayuda, porque como has visto con una mano se recibe y con otra se aporta. Buen viaje Catalina que dijiste que así te llaman en los cuentos.

Fuimos llamadas porque algo ocurría en una casa. Una  pareja, sensitivos tanto él como ella, perciben lo invisible. Sus pelos de punta, sus barómetros, les avisan especialmente cuando llega la noche. Había que investigar, ver qué podíamos hacer por ellos y por ” los otros”, e intentar ayudar.

Con péndulo en mano llamamos a la puerta a las 5 de la tarde y subimos. Apenas tuvimos tiempo de ser recibidas cuando mis ojos drásticamente se cerraron de inmediato. Había comenzado la conexión con ” el otro lado” pues  ya estábamos  subiendo el voltaje del lugar los cinco convocados.

Como una invidente, mis lazarillos del 3D evitaban que me chocara con los objetos mientras me sentía arrastrada magnéticamente hacia adelante por el pasillo interior. A mi izquierda, más allá del pasillo percibía una luz entrante por una ventana larga, que iba a ser clave. Avancé un poco más y sentí que tenía que abandonar el pasillo y meterme a mi izquierda a nueva zona. Allí estaba el umbral que me conducía al salón, aunque todavía no lo supiera, Y el péndulo giró con fuerza, llegaba ” a zona caliente” Me arrinconé, pegándose mi cuerpo a la pared y especialmente mi cabeza, que quería traspasarla. Me sentía cómoda y así lo avisé, la energía era apacible. Tuvieron que quitarme con dificultad una guitarra que estaba aplastando. Son las cosas del directo.

Y ENTONCES VI LAS ZAPATILLAS.

Ellos siempre me muestran lo más relevante. Acababa de aparecer un señor mostrándome sus zapatillas marrones de invierno, abiertas, de las típicas que llevan unos cuadros. Su aspecto era de viejoven. No era mayor, entre 40 y 50 años, unos 45 diría yo, pero vestía mayor para su época. Quizá años 50. Afable, con gafas redondas que caían con alguno de sus gestos y que él automatizaba con un  movimiento inconsciente, subiéndolas con el dedo índice.

Me recibió ” de estar por casa” intencionadamente. ESTABA EN SU CASA. Entre todos le hicimos preguntas, cómo se llamaba, si le incomodábamos, su profesión, si tenía intención de marcharse…pero él, seguro y tranquilo, nos contestó con libro en mano, que nada más lejos de su intención el marcharse. Que le incomodaba el ruido, sí, pero que lo tenía asumido. ( Allí precisamente se pone la música alta en ocasiones,…jajaja. Nos echamos todos a reir. ). Don Sebastián sujetaba un libro antiguo y me mostró cartografía, un mapa antiguo que me recordó al utilizado por Colón en su época. Sebastián, DON Sebastián como nos matizó, fue profesor de Geografía e Historia. Un apasionado.

Yo ya estaba girada mirando a la pared, como si me hubieran castigado en el rincón. Así me vería alguien que no entiende estos mundos. Pero la verdad es que Don Sebastián me estaba invitando a entrar en su estudio desde ese rincón, que en el 4D era una puerta. Había mucha luz,..me decía ” Asómate, asómate”…y me asomé. Junto a la ventana tenía su mesa y una silla, estaban sesgadas ambas, me imagino que para recibir y aprovechar toda la luz y el calor del sol en invierno. El otro lado de la puerta estaba flanqueado por un globo terráqueo sobre un pedestal que me llegaba a la cintura,…mis amigos tienen uno falso idéntico, vintage, que es funcionalmente un mueble bar. Y orgulloso me mostraba su colección de libros atesorados en su biblioteca, ambas paredes repletas.

” Y ahora me han puesto CACEROLAS”. Nos echamos a reir de nuevo por la ocurrencia,…pobrecillo. Actualmente es una cocina moderna, cuya ventana coincide con la del estudio en la otra realidad. Es un elemento en común. Según avanzaba al final de su estudio, él me mostró el brasero, abierto, grande, con brasas de picón, realmente elegante y torneado. Era un brasero lujoso de cobre, que caldeaba el lugar. Un perrito pequeño llegó a la escena, estaba contento. Husmeó, nos saludó y se marchó  por donde había venido. Yo sólo le percibía parcialmente, pero la  dueña le vio con claridad. ¡¡¡ Todo un descubrimiento en ella !!!

Allí le dejamos al maestro una vez aclarado todo; permitía “la invasión” de su casa, comprendía que él estaba en otra realidad , y me atrevería a decir que agradecía la compañía de los nuevos dueños. Se volvió a su habitación para seguir leyendo y nosotros proseguimos.

Mis ojos no quisieron abrirse en ningún momento y tuve que asistirme de mis lazarillos para seguir testando la casa. Perdí un poco el equilibrio: llegaba a zona YANG un poco revuelta. Era la confluencia de varias puertas y el baño. Lo que allí sintiera era para otro día posterior. Ese lunes tocaban Don Sebastián y Catalina.

Llegando a un nuevo umbral, la energía cambiaba completamente. Era dulce,…sentía…NIÑOS. En el umbral sentía niños,…Y al pasar a la habitación, energía YIN, femenina…Plaff, me senté desplomada, mis piernas cruzadas como un indio. Impregnación de energía femenina sentía. Había una señora arrinconada y semiescondida discretamente que se me había alojado, sosteniendo hipotéticamente un bebé en su brazo izquierdo. Hablaba con ella hablándome a mí misma. ( Quiero aclararos que voy súperprotegida; es importante hacerlo. Si alguna entidad se aloja en mí, ya ha pasado unos filtros muy severos. El tener “alojados” puede ser muy serio. ). Pedí que todos se sentaran, y formamos un estupendo CIRCULO EN UNIDAD. Cada uno desarrolló sus dones y además pedimos asistencia para el trabajo de luz. Esta señora SÍ necesitaba irse a la luz. La soledad y la inseguridad le acompañaron en su última vida, y el varón actual de la casa fue su consuelo y su recurso. La sentíamos como vecina de su familia. Algo irrumpió en la estancia: era un perrito pequeño, de pelo oscuro y movimiento alegre que saltó al familiar regazo, que era el mío pero en ese momento el de Catalina. Cuando le preguntamos, sus respuestas eran ambiguas, meciéndose siempre entre el sí y el no. Peculiar la señora. Con una carencia importante: las muestras de cariño, el sentirse querida. Mi compañera, en un acto intuitivo de AMOR, se levantó y me acurrucó en su regazo, haciéndome sentir el amor y los abrazos que durante décadas me faltó y me faltaron, deleitándome en ese momento sublime de restauración. (Ya no sé si hablo yo o si os habla Catalina,..jajaja) Poneos en mi lugar,…Y finalmente, rompimos a llorar.

Llegado el momento vinieron a buscarle los suyos y entre sorprendida e impactada, hizo su tránsito junto a su mascota con mucha luz y ayuda. Justo en el momento en que Catalina entró en la columna de luz, llegó un olor como a madera vieja a la dueña de la casa. El ser clariolfativo es un don que se repite en nuestra Comunidad, liberándose la energía en forma de esencia, perfume u olor característico.


Previamente a la hora acordada, los maestros me guiaron y pude testar la zona cercana. De otras épocas anteriores, hay energías que habrá que neutralizar con un equipo grande y veterano. Ya lo sabemos desde hace un tiempo. También habrá que recuperar a niños, les veía y les oía llorar. Llegado el momento, nos convocarán y allí estaremos.

Benditas misiones.

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He vuelto a quedar por la zona con otro equipo de trabajo, esta vez a echarnos unas risas y tomarnos un refresco. Allí vino a saludarnos Don Sebastián, quien salió de su estudio, quién sabe desde hace cuánto tiempo. Supo que nuestra médium le veía con claridad y podía comunicarle. También se arremolinaron otras presencias no tan afables, seguramente. Pero decidimos que esa reunión no era de trabajo, sino de ocio. Ya llegará el momento en que nos pongan a trabajar de nuevo.

 

Mi agradecimiento a los compañer@s que en esta ocasión han participado.

(Todo el contenido del capítulo está previamente revisado y autoriz@do por las personas implicadas, y a ellas agradecemos compartir la información tan personal. )

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