borrador rutas
Cuarta parte. Año 2023
Santiago me está resultando adictivo,..jajaja. No pensé que un cuarto viaje a la ruta me resultara tan atractivo, pero voy a contaros los nuevos sitios que he descubierto allí, y las nuevas experiencias. Y he de aclararos que yo todavía NO soy peregrina. Pero he visto a muchos peregrinos en el camino francés y portugués, tanto en bicicleta como andando con sus bastones y botas desgastadas y polvorientas.
Viernes 28 de abril de 2023.
El viaje le iniciamos temprano, atravesando los túneles de Guadarrama, la zona de Adanero y viendo de reojo Astorga a nuestro paso. Prometía imponente, así que nos guiñamos el ojo para no perdérnosla a nuestra vuelta. Y en el tramo final nos salimos de la vía rápida para tomar la A-54, que nos permitiría ver los pueblos tradicionales, sus actividades diarias, su configuración con las farmacias y los estancos a pie de carretera, y el goteo de peregrinos continuo, ya con la alegría y la fuerza de la penúltima e incluso la última jornada. A 65 km. de Santiago disfrutaban nuestros ojos de una zona preciosa en Guntín, una panorámica que atraviesa el río Ferreira. Veíamos carteles de playa fluvial en Melide y ya a 30 km avistábamos Arzúa ( no me extraña que sean famosos sus quesos) y los prados del río Iso. Me quedaría a vivir allí, en esas casonas y casitas que tienen en sus entradas macizos de calas enormes y vistosas. Aparecen por doquier, como las setas en el bosque.
Nos registramos en el hotel y como no estábamos dispuestos a perder la tarde, el autobús que ya conocemos nos llevó a la zona turística de la catedral. Llevaba un propósito: encontrar un padre benedictino que quisiera bendecirme la medalla que tengo desde que visité San Benito de Orante, hace ya casi 7 años.¿ La razón? Pues tiene que ver con cierto trabajo que realizo. Aunque sabéis que yo no era creyente, muchas experiencias en mi vida me han llevado a plantearme lo que es auténtico, lo que es real, y lo que es importante. Cada uno tiene que hacer su ” calibrado personal”, y el mío me ha llevado por un camino de luz para ayudar a otras personas en lo “inexplicable” e “invisible”, que no es tal. Esa medalla tiene algo especial que ayuda y protege, y la orden benedictina me aparece siempre cuando hay un caso extraordinario. Y el colmo es ir a ver la nueva película de Russell Crowe, “El Exorcista del Papa”, basada en la vida real del Padre Amorth, y ver que el crucifijo oficial del Vaticano, herramienta que se usa para fines llamemos “difíciles”, lleva incrustada esa medalla. Os pondré una foto de la entrevista que se hizo en el programa de TV ” Cuarto Milenio”.
Y me vino, como si alguien me susurrara al oído: “Ve al Monasterio de San Martín Pinario”. Y con los rayos de sol del atardecer, entré en él, que ahora es un Seminario Mayor, y al señor de la taquilla le expliqué mi propósito. Se sonrió, me negó con la cabeza, y me dijo que allí ya no había benedictinos desde hace mucho tiempo, ( los benedictinos le fundaron en el Siglo X ) sólo quedaban unas monjas benedictinas y éstas no hacían ese trabajo. Agradecí, y debió ver mi cara de desconcierto, pues claramente me habían indicado ese lugar. Pero siempre hay un pero que puede cambiarlo todo.
Pero… comenzó la frase,…Igual si te acercas a la Iglesia de San Benito, que está aquí mismo, en la plaza Cervantes, el párroco pueda ayudarte. ¡¡¡Eso era!!! Iglesia Benedictina, Padre Benedictino, en la zona donde se pone la guinda al pastel en Santiago…La plaza donde empieza la cuesta final hacia la meta, que es el Arco de la entrada al Obradoiro, donde los peregrinos rompen a llorar de alegría con sus pies llagados, donde se da el último apretón para el parto, donde unos metros más y se siente el ÉXTASIS con el sonido de una gaita que te recibe. Allí estaba la Iglesia, donde los peregrinos tocan ya el cielo al terminar su viaje iniciático, donde en tiempos medievales había una fuente para mimarse los pies, quitarse la sed, refrescarse de la jornada, y donde los azabacheros ofrecían su magia y su protección con las piezas artesanas. La Iglesia corona toda la zona mágica, donde un vórtice energético se solapa a otro, y donde siempre me recargo tocando el granito de la zona de la Corticela, lleno de cuarzo brillante y antiguo que contiene precisa información.
Y ni corta ni perezosa, allí que me encaminé sin perder tiempo subiendo unos metros, y como un guiño veía abierta la puertecita verde. Pedí a mi reportero del corazón que me hiciese una foto con la medalla en mi mano antes de entrar, y pasé sobrecogida, con muchísimo respeto. Allí no había ni el tato. Yo solita. Y me fui al primer banco. Dejé la medalla en el suelo, lo más cercana al altar, para que se impregnara. A mi izquierda, vi la puerta de la sacristía con un cartel que rezaba con algo así: ” Llámame si me necesitas. Y si estoy, te abriré”. Primero llamé suavemente, y nada. Me envalentoné una segunda vez, y llamé con fuerza. Unos pies y sus pasos cosidos venían desde el otro lado.
Y la magia se hizo. Tuve un flash y una duda al abrirse la puerta lateral. Un padre, que parecía el mismísimo Padre Amorth en persona, me atendía. Le pedí que me la bendijera, y no hizo falta más. Asintió. Sus palabras empezaron a resonar desde la puerta,…como una sagrada y elaborada letanía que hubiera repetido muchas veces…me perdí en la escucha. Me volvían a decir e insistían: ” Tiene que tocarla. Atenta, tiene que tocarla”...Y volví al plano de la bendición. Ya casi estaba terminando. Levantando el brazo, el padre marcó con la mano los 4 puntos cardinales,…en el nombre del padre, del hijo y del espíritu santo. Y cuando iba a cogerle sus manos entre las mías, donde reposaba la medalla, en un gesto desesperado por que la tocara y así cumplir el mandato que me llegaba, con sus dedos índice y corazón unidos se fue hacia la medalla, tocándola y diciendo AMÉN. y ME SONRIÓ CÓMPLICE, como sabiendo lo que me habían hablado. Para entenderlo con lenguaje informático actual, al tocarla con sus dedos, el padre dio al INTRO, y toda su DATA entró y se guardó en la medalla como si fuera un pendrive, que luego puede meterse en mi corazón, que es mi computer, y en otros computers, en otros corazones como el tuyo.
Y cerró la puerta apresurado y volvió dentro, se le hacía tarde. Yo no sé lo que sentí, sólo puedo decirte que las lágrimas empezaron a recorrer mi rostro y estaba feliz. Había sentido Beatitud en una burbuja de recogimiento y silencio. Era como si me hubieran concedido un privilegio con la medalla bendecida. Unos días después, cuando abandonábamos Santiago camino a casa llegó la palabra que define la concesión o privilegio. Dijeron: ” Prebenda”.
Nuestros estómagos rugían y buscamos para cenar un lugar con música que nos habían aconsejado por su buena cocina: la tapería-bar A Gamela, y su especialidad en setas y revueltos. Una crema de verduras divina nos alegró el día y luego llegaron unas setas con nata y trufa con la que rompimos a aplaudir. Qué maravilla la cocina gallega¡¡¡¡
Sábado 29 de abril de 2023.
Al día siguiente fui a preguntarle al padre, y justo salía ala calle a la vez que yo entraba. Era importante saber su nombre para mí. El padre se llama Santiago, y uno de sus apellidos, Ferreiro. No se puede ser más gallego,..jajaja. También quería medir esta iglesia, construida sobre una medieval. Tiene en su altar 19.500 UB.
Después me fui a la azabachería especial donde compré mi medallón, la de la familia Rod Mayer. Tienen una gamuza específica para limpiar la plata y el azabache juntps, y me le limpiaron, e incluso me regalaron una gamucita. Su escaparate, como siempre, impresionante. Una enorme cruz de azabache pulido incrustado en plata con un citrino tallado precioso y enorme en el medio me dejó impresionada.
Era día de Mercado de Abastos, todo un despliegue de flores, huevos, vinos, quesos, especias, y por supuesto verduras y frutas, pescados, carnes y tapas. Aprendí del saber de la especiera sobre remedios digestivos y abandonando el mercado, fui a la oficina de turismo a informarme de los bonos turísticos tanto de autobuses como de monumentos, y a conseguir unos mapas. Daban lluvia por la tarde e igual había que cambiar el planning que teníamos, pero arreció y se despejó la tarde.
Al pasar por la Iglesia de San Paio de Antealtares, una pieza curiosa encontré mojada en el suelo: Un trozo de cuarzo que posiblemente había venido arrastrada de la cubierta por la lluvia, y que encontré a mis pies en la propia vía sacra. Que los edificios lleven en su construcción piezas de cuarzo roca puro ya te dice lo especial del lugar. Ya no es que sean de granito, con gran cantidad de cuarzo, es que…! hay piezas de cuarzo puro¡. Lo entendí como una señal, un regalo, y con él en mi mano entreabrí curiosa la puerta y pasé, pues unas voces de mujeres, sonando angelicales, resonaban al otro lado.
Y me senté con tres personas más a disfrutar de la música, del coro de monjas de clausura que cantaban juntas alrededor del altar. Era un espectáculo que no esperaba, primera vez que lo presenciaba, quizá no debía estar allí y era un acto íntimo…Pero hipnotizaba el cántico y allí quedé con el máximo respeto.
Volví a callejear y atraída en la Plaza de San Martiño por la espléndida fachada de su Iglesia, bajé las escaleras para medir en sus grandes puertas, pero fue decepcionante. Sólo 10.5000 UB, una baja medición, sólo zona de meditación. Eso,…no cuadraba. Un esfuerzo arquitectónico titánico junto a la catedral en una zona energética irrisoria,…tenía que haber alguna razón para este desfase. Y al girarme…premio¡¡ Alguien ignorante dio la orden de instalar allí un complejo de alta tensión, tras unas puertas que indican el peligro, y han roto la fuerza que ese lugar que estoy segura llegó a tener. Sólo queda un vórtice de 13.500 UB en el centro de la pasarela que asoma a la plaza, viendo a mano derecha una fuente de 3 caños que también ha perdido su fuerza.
Era hora de cenar y buscamos el Fogar do Santiso, un proxecto 100×100 ecológico en la Rúa do Franco que nos gusta, y disfrutamos de sus tirabeques, su caldo gallego, su vino ribeiro y su cerveza tostada propia que es una exquisitez.
Era posible que tuviéramos que volver andando o en taxi, pues estaba programada una Carreira importante y las vías principales en la zona vieja iban a ser cortadas al tráfico. Un helado de crema hindú picante con chocolate sin azúcar ni edulcorantes de la heladería Puerto Real, junto a la buena temperatura, hizo que disfrutáramos del paseo de vuelta al hotel. El día había sido bien completo.
Domingo 30 de abril de 2023.
Era día de Mercado Dominical en Padrón. Muy famoso. Y pusimos el navegador rumbo al pueblo.
Sólo sabía de Padrón lo que sabe todo el mundo: de sus pimientos y de su mercado. Pero me aguardaba una sorpresa. Una vez aparcados, un local nos indicó que siguiéramos recto y que al fondo, en cinco minutos veríamos el mercado donde se amorremolinaba la gente. Y justo vimos prendas de ropa colgadas en un gran paseo a la sombra de grandes árboles, y una fuente de piedra medieval con caños de agua fresca: estábamos en el mercado. Y nos adentramos en dos calles de vendedores y puestos, algo estrechas y apiñadas para nuestro gusto. Atravesé ambas, atraída por una barandilla: allí estaba un río, por cierto, el Sar, y un puente de piedra bien grande y consistete unos metros más arriba. Arrastrados por la gente, llegamos al final y salimos del gentío para ir al puente y nos topamos con una Iglesia , y aquí viene la sorpresa.
En grande, podías leer una pancarta en el frontal de la Iglesia: AQUÍ EMPEZÓ TODO. ¿ Qué es lo que empezó, nos preguntamos? Curiosa pasé dentro, había misa y estaba a rebosar de gente. Alguna mirada inquisorial capté por llegar tarde, pero pude incorporarme a los feligreses mostrando gestos de respeto al final de los bancos laterales. Llegaba más gente tarde como yo, eran peregrinos cargados hasta las trancas con mochilas y enseres. Y quedaron sentados en mi zona mostrando su devoción en sus rezos y movimientos. Todos fuimos aceptados. Las gentes gallegas llevan siglos siendo hospitalarias. Y entonces, empecé a sentirla: LA FUERZA. La misa terminaba, una voz masculina empezó a cantar acompañado de una bonita sintonía musical, y la vibración empezó a elevarse todavía más. Uffff, …este sitio…tiene PODER, Terminó la misa y decidí salir la primera para avisar a mi reportero del corazón que volvería a entrar en el templo cuando terminara de salir la oleada de gentes. Necesitaba medir el lugar y tenía que hacerlo discretamente, pues ya tengo experiencia en calibrar cuándo y dónde las gentes pueden sentirse incómodas si me ven con péndulo y biómetro en mano en sus sitios sagrados, pueden sentirse incluso ofendidos por considerarlo profano. Y simplemente es una investigación respetuosa por mi parte, pero tengo que aceptarlo, comprenderlo, y buscar la ocasión idónea.
La iglesia se vació, sólo quedaba un puñado de personas en el lado derecho del altar, por lo que me fui camuflada al lado izquierdo. Pero me había perdido un detalle: allí, en un banco lateral, había un confesor con un niño de 9 años, confesando pecados de inocencia. Esperé paciente.
Cuando sólo quedamos los peregrinos y yo, el semáforo cambió a verde para mí, ellos se acercaban al altar y yo saqué mi biómetro: el péndulo avanzaba y avanzaba hasta que alcanzó el máximo, 33.000 UB. No podía ser, la iglesia era pequeña, no se trataba de una gran basílica ni catedral. Volví a medir y concluyo que coincidía, era el máximo nivel. Y entonces, mis ojos me lo confirmaron, pues empecé a sentir que se me deformaban, se cargaban. Mi cara pasó de fresca y lozana, a tener aspecto de recargada. En la foto podéis comprobarlo. Era hora de salir y recuperarme. Más tarde he sabido que allí se encuentra la piedra donde la leyenda cuenta que se ató la barca que llegó con los restos del Apostol Santiago por primera vez a nuestras Tierras. Está bajo el altar.
Tomé de nuevo aire fresco y rayos de sol, y nos fuimos a buscar el ” otro” mercado, el de los productos locales que tanto me maravillan y a imitarles en sus comidas y bebidas.
Allí encontré los primeros pimientos de padrón de la temporada, un vino de zona buenísimo que se llama de Barrantes, y una oferta excelente de pulpo a feira difícil de encontrar ya. Cuatro o cinco carpas se ofrecían al público.
Mezclarnos con sus gentes, con sus tradiciones, con su loza y manera de beber el vino, con los olores gastronómicos y con los sabores de sus panes, quesos, tartas y cocinados es una experiencia que no te puedes perder. Lo mejor de lo mejor sobre tu mesa a un precio asequible. Ya depende de tus gustos y opciones personales lo que elijas comer y beber, pero hay para todos.
Nosotros disfrutamos en la Pulpería Mambis, compramos cucharas de madera, nos enseñaron cómo es una navaja auténtica de pescadores, anticorrosiva y afilada en láser, comimos posiblemente una de las mejores tartas de queso del mundo de Luis Rama de Carballo( y no exagero ), …y pensamos en hacer ya la vuelta, pues un par de sitios teníamos que explorar en el camino al hotel de Santiago. Antes pasaríamos por Casa Grilo, a saborear sus garbanzos, sus vinos y sus cafés. En su parking dejamos el coche, pues escasos metros nos separaban de Iria Flavia.
De Rosalía de Castro apenas pudimos ver nada, pues estaba cerrado por festivo. Pero sí pudimos acercarnos a Iria Flavia, limítrofe con Padrón, y resentir su Iglesia, la necrópolis y el cementerio, hasta encontrar la tumba de Camilo José Cela bajo un olivo gigante.
Dos olivos descomunales hay allí. Con péndulo en mano me dirigí a la iglesia cerrada y medí la puerta principal, con una medición de 19.000UB. Muchos peregrinos pasan junto al olivo, con un cartel indicador bajo su sombra, algunos ajenos a que tras la valla, D. Camilo se divierte y entretiene viéndoles pasar.
Mostramos nuestros respetos a este premio Nobel, académico y escritor español de humor único y actitud irrepetible que marcó nuestra infancia, y cuyas obras desgranamos para el acceso a la Universidad.
En piedra tallada hay un símbolo que los profanos no sabemos interpretar, pero seguro que los iniciados saben interpretarlo en su totalidad. Esta flor de la vida incipiente está en distintas zonas de la iglesia: en su lateral junto a la necrópolis y en la parte derecha de su puerta principal. Yo puse mi mano con la mejor de las intenciones y es posible que haya hecho exactamente lo que muchos que me precedieron.
Hay un sitio cercano que se llama A ESCRAVITUDE. Allí no paramos, simplemente pude sentirlo al pasar por la carretera, pero me hubiera gustado saber qué apantallamiento invisible existe en ese tramo. Mis manos se me cargaron y llegaron a dormírseme, y casi los brazos, un hormigueo que me recorría y que tenía que ir sacudiéndolas y activándomelas continuamente. Era como si hubiera un campo magnético al que entráramos y al que saliéramos, siendo el coche como una bala que lo atravesaba con nosotros dentro. Fue más intenso a la ida a Padrón que a la vuelta, pero me volvió a ocurrir. Investigaré, y si tú tienes una explicación al respecto, te agradezco que me lo hagas saber.
Tras un descansito en el hotel, rematábamos el día visitando la zona reactualizada de San Domingos de Bonaval, donde se han puesto a disposición pública zonas monacales como su cementerio, sus huertas y su robledal. No deja de ser un sitio bien curioso que visitar, compartimentado y bello.
Con el atardecer en Obradoiro y una original cena en el Restaurante Benboa nos fuimos a dormir, pues al día siguiente caminaríamos y patearíamos zonas nuevas de Santiago que tenían mucho que contarnos. Y ahí lo dejo para la quinta parte.
Quinta parte
Lunes 1 de mayo de 2023.
Unos amigos me habían hablado de la Colexiata de Santa María do Sar. Una auténtica joya medieval fundada en 1134 de la que yo no supe nada en mis anteriores ocasiones de visita a la ciudad. Pero hoy era un día idóneo para visitarla, ibamos a hacer inmersión en toda la zona por la mañana, primero la colexiata, luego el ponte y las brañas, luego el lavadeiro y finalmente la Ciudade da Cultura. El tiempo nos acompañaba.
Fuimos con la esperanza de verla abierta en misa de 12:30h, por lo que estuvimos tranquilos para hacernos nuestras fotos y tomar recogimiento bajo los robustos arbotantes, sintiendo la frescura del río, que fluye a escasos metros. Al estar solos, practiqué dermóptica pegando mi frente a la puerta cerrada. Sellé. Y oí cantar dentro a gentes con ropajes oscuros y amarronados, sencillos. Eran gentes sencillas de siglos anteriores. Pero no percibí más. Sólo unas ganas inmensas de sentarme bajo los arbotantes en recogimiento.
La sorpresa fue que al merodear sus alrededores vimos en su lateral el museo abierto, y por 2 euros pudimos visitar el claustro, el museo y la Iglesia. ¡¡¡¡¡¡Biennnnnn!!!!!!. Descubrí paso a paso esta maravilla energética. Testé todo su contorno, llegando a las conclusiones que ahora te cuento.
Como entramos por el museo para ir al baño, vimos primero el pequeño museo y luego desembocamos en el claustro, que por su disposición me invitaba a medir su fuente de concha, habiendo muchas papeletas de que tuviéramos vórtice central: y allí estaba, un punto energético de 19.000UB. Y mi cuerpo me tiraba hacia una pared interior de las cuatro del claustro,…( las otras tres las ignoró, jajaja). Vi que a lo largo de este ala, la única que se conserva del estilo románico, el péndulo se disparaba continuamente, había tres sarcófagos de piedra en el suelo con los priores del lugar. El más antiguo data de 1.290. Toda una línea recta y larga activada. Hacia el final de la línea tenía una pequeña puerta y como había perdido a mi reportero del corazón, me fui a buscarle. Y allí estaba, dentro de la iglesia. UUUUUiiiiiiii, qué impresión. Como dice el refrán: “Es pequeñita, pero matona.” TOTALMENTE ACTIVADA, la sentí. Sin tener ni idea, la línea que había medido por fuera correspondía a uno de los 4 lados del rectángulo donde se trazó intencionadamente la iglesia en el siglo XII, donde los maestros constructores pusieron con ojo certero el sedal de marcado. ¡Bingo!
La construcción románica tuvo que ser apuntalada con arbotantes en los siglos XVII y S. XVIII, para proteger los muros septentrionales y evitar su derrumbe. Le hacen más atractiva si cabe. Pertenece a la Orden de San Agustín y yo le llamo cariñosamente, Pisa en Santiago. Y veréis el porqué. Sólo hay que mirar sus columnas en la foto, pero estar dentro bajo ellas es otra cosa. Hay una atrevida elevación de las naves laterales y unas columnas interiores visiblemente inclinadas. Tiene armónicas proporciones, y si a eso le sumáis estar magnetizados y además estar envueltos en una acústica sobresaliente, la conjunción es muy atractiva. Cuando una familia de visitantes que entraron cuando nosotros se marchó, no me privé de hacer sonido para experimentarlo. Podría haber cantado cualquier canción, verdad ? Pues….sólo me salió OMMMMMMM, no me digas porqué. Le repetí varias veces,…OMMMMMM, OMMMMMM,… y con esta alta vibración en mis células, me marché. Doy las gracias desde aquí a la persona al cargo del museo que nos explicó este punto de la fabulosa acústica, y de las bodas que se celebran en el templo con músicos e interpretaciones sublimes.
En mi cuaderno conservo todas las mediciones y el plano improvisado: puedo leer 19.500 UB en una puerta pequeña que hay lateral, a la izquierda del altar. El propio altar orientado al este tiene 24.000 UB, al igual que una losa cuadrada en espejo que tiene enfrente, cuando termina el pasillo central, y que corresponde al lugar marcado por donde pasan todos los feligreses cuando bajan los tres o cuatro escalones que esconden las puertas principales. Hay unos confesionarios de madera justo en la línea del trazado, también activados. Me gustaría saber de qué madera están fabricados. Hay una pila bautismal de granito, con dos senos que me aventuro a decir que puede ser jaspe rojo. y cómo no, diversas tumbas de priores y arzobispos perimetreando el lugar hechas en granito. Todos ellos estarán momificados, no cabe duda. Si te interesa saber por qué hago este comentario, puedes consultarlo aquí, en mi apartado de radiestesia , conceptos que descubrí y aprendí con mis instructores Epifanio Alcañiz e Ismael Caballero. También puedes leer mi historia El misterio del Huevo, bien divertida.
Con tanta energía salimos del recinto, que avanzamos unos metros hasta llegar al puente antiguo y a los caminos que se ofrecen junto al Sar, llamados brañas o zonas de inundación, y donde los compostelanos hacen sus delicias paseando, practicando deporte y llevando a los niños a este pulmón oxigenado de la ciudad.
Estas zonas inundadas han sido posiblemente la razón directa de que la infraestructura de la colexiata se viera amenazada. Al estar construida a sus orillas, esta iglesia es junto a la Catedral, la que conserva mayor parte de su primitiva fábrica románica. El puente y la Iglesia eran los primeros en recibir en tiempos a los peregrinos que llegaban por la ruta castellana, calzada o camino real.
El barrio do Sar está delimitado por el monte Gaiás, en el que se construye actualmente la Ciudade da Cultura de Galicia. El formidable tamaño de este complejo cultural, igualado en extensión a su casco histórico, nos esperaba. Empezamos a subir, pero no queríamos perdernos la visita de un pequeño tesoro escondido entre sus vecinos: el lavadoiro. De su fuente y agua fresca me comentaba un vecino mayor con gorro y bastón que han bebido ” de toda la vida”. Y les imitamos, jajaja. Faltaría más.
Arquitecto neoyorquino Peter Eisenman y John Hejduk
La cuesta se me hacía exigente, pero ya faltaba el último tramo para visitar este proyecto de talla internacional, presentado al concurso y convocado en el año 1.999. Tienes unas vistas maravillosas de la ciudad, 360º
Simboliza la voluntad de Santiago de convertirse en una referencia indispensable en el circuito cultural internacional. Equipamiento que incluirá teatro de la ópera, varios museos, biblioteca, hemeroteca, centros de investigación y estudios,…y un amplio espacio forestal recreando el paisaje autóctono de Galicia.
Estábamos algo hambrientos ya, y tras un café de recuperación en la cafetería de uno de los edificios, nos propusimos hacer la bajada y atravesar la ciudad por atajos de parques y espacios verdes hasta llegar a nuestro objetivo: el Barrio de San Pedro, concurrido, con bares y restaurantes donde degustar comida gallega. O¨Bochinche fue nuestro candidato final. Allí descubrimos el nombre del pan que nos quita el sentido, se llama pan de Leis y fue concebido precisamente en ese barrio por los abuelos de los actuales panaderos que lo comercializan actualmente. Acompañó la exquisita comida que tomamos y la palomita de vino de barrantes; ese puerro en salsa de xema queda en el histórico TOP-TEN de mi memoria.
Un descansito no vendría mal, después de nuestros 15.ooo pasos, por lo que nos refugiamos a la hora de la siesta, en la Rúa do Vilar, donde nos esperaba un café y una tarta de queso con arándanos en The Bistro, junto a la oficina de información de turismo. Los sillones de este café-casino tan exquisito son los mejores para el descanso, y están en la zona catedralicia.
Era nuestro último día en la ciudad, por lo que fuimos a despedirnos de ella a Obradoiro, la plaza que siempre acoge a todos, todas las culturas, las lenguas y las razas, y comencé el ritual de descalzarme y tumbarme al sol de la tarde, justo frente al río energético que pasa por su arco y que desemboca en la zona norte de la plaza, inundándolo todo de éxtasis y alegría. Os lo recomiendo. RESENTIR EL ÉXTASIS no se puede hacer todos los días,jajajaj.
Y allí me dormí, viendo a una niña que merodeaba de un año y medio aproximadamente, libre también como yo, que bajo la mirada de sus padres se movía y hacía las delicias de los que estábamos por allí. Me sonrió un par de veces en complicidad, me imagino que por estar las dos en el suelo, y esa sonrisa fue mi mejor regalo. Benditos niños.
Martes 2 de mayo de 2023. Día de vuelta.
La jornada iba a ser larga, pues volvíamos de Santiago hasta Aranjuez pasando por Astorga. Era operación de tráfico de regreso, habría retenciones, y había que tomárselo con paciencia y buena disposición.
Nuestros corazones daban las gracias a todo lo vivido, incluida la anécdota divertida que no os he contado y que me pasó antes de entrar en Benboa. Buscaba un sitio donde tomar un caldito o crema de verduras gallega que tanto me gustan, y la iluminación de un restaurante me llamó la atención. Se veían muchas ollas, cacerolas y pensé: aquí debe haber, seguro. Y pasamos justo antes de unos usuarios que llegaban a la puerta en taxi, con categoría, personajes que salen por televisión y que al principio no reconocimos. Y a la joven que nos recibió le espeté si allí tenían caldito y crema, y su cara se desconfiguró, aturdida. “Perdone? Tienen reserva ? Me temo que caldito, así,… no tenemos…”y me ofreció una carta en metacrilato de lo más “in”. Una sola mesa alargada y para compartir unas 10 personas era el único espacio. Y una cocina en abierto, como para hacer show-cooking. Acomodaron a los personajes televisivos que tenían reserva y se disculpaban por venir algo tarde, y nosotros dimos las gracias y nos salimos. La carta no tenía lo que yo buscaba. Y a la salida, nos dimos cuenta: era un restaurante galardonado con estrella michelín, donde su encanto está en ver preparar tu propia comida bajo manos reconocidas. Estaba claro que allí no era nuestro sitio, jajaja… nos esperaba para celebrar el Restaurante Benboa y sus delicias, y agradecida quedo. Por cierto, no tomé caldito tampoco…
Volvimos a tomar la A-54 por Arzúa y Melide y los preciosos parajes de S. Pedro de Meixide,con sus bosques, prados, hórreos y ríos ya en la provincia de Lugo, y tras una limpieza de mosquitos estrellados en una gasolinera repsol y un par de cafés en esta cafetería limpia y a estreno de Encontro Gomeán, pasamos por el precioso Val de Neira. Tras su túnel y viaducto llegábamos a León, ya en nueva Comunidad y a las 13:30h estábamos aparcados y visitando la Catedral de Santa María de Astorga. Escondida tras sus callejuelas empezamos a ver el empaque y la importancia de su fábrica. Un color rosado en su piedra la hacen distinta de otras que conocemos, y nos pareció fantástica. Imponente fachada principal con retablo pétreo barroco que adelanta la riqueza artística que debe esconder en su interior.
Estaba cerrada, pregunté en su tienda ( que por cierto, dos medallas de San Benito me traje por delante en mi compra..) y medí por el exterior: 21.000UB en su puerta principal, 13.500 UB en la puerta este marrón, con un vórtice fuerte. Para sorpresa, al lado suyo, una construcción que parecía gaudiana, y así lo confirmamos. Era el palacio Gaudí y sus jardines…pero…qué hacían juntas construcciones tan distintas y tan espectaculares ambas, y tan cercanas? Habrá que volver y descubrirlo en otra ocasión.
Retomamos camino, y ya el paisaje estaba salpicado de fardos blancos de paja sobre las cosechas, y silos de grano. Finalmente las aguas del Tajo nos daban la bienvenida en casa y dormíamos esa noche con la satisfacción de haber optimizado nuestro viaje y nuestras vidas. Espero que compartirlo contigo también aporte a la tuya.
!Hasta la siguiente ruta¡
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